domingo, 4 de octubre de 2020

“The social Dilemma” y el análisis ligero de las redes

Me cuesta creer que podamos escapar del influjo de las redes sociales y sus mecanismos de sujeción sin conocer alguna de sus herramientas de programación. Sin conocer aunque sea el funcionamiento básico de sus algoritmos, o los lenguajes de programación con los que se construyen estas redes. Así como es necesario saber de economía para poder ser libre económicamente, debemos asumir que para ser libre en el mundo virtual (dominado por lenguajes de programación), debemos saber algo de programación. Luego esta el impacto social, para el cual debemos saber algo del funcionamiento social. Y a partir de allí, entender como fue que se constituyo nuestra posición social en esos espacios virtuales. Y así empieza mi primer critica y tal vez la mas importante sobre el documental de Netflix, “The Social Dilemma” (2020, Jeff Orlowski) este documental que ha empezado a circular en estos últimos meses ha despertado muchos debates pero muy pocos argumentos. Y es que la construcción del documental, el carácter de sus argumentos y la forma de las demostraciones dejan mucho que desear. Dudosamente sirva incluso como fuente para un análisis mejor. El documental se construye sobre testimonios de ex empleados de Facebook, Google, e Instagram, todos en suerte de calidad de arrepentidos que vienen a decir básicamente lo mismo “que las redes manipulan”. Pero nadie especifica el funcionamiento de ninguna de las redes, no es lo mismo Twtter, faccebook o instagram. Se confunden todo el tiempo impacto sociales con mecánicas de circulación de información. En ningún momento se menciona como es que estas redes consiguieron convertirse en un modelo de negocio ¿de donde obtienen recursos para financiarse? Se menciona en algún momento Sillicon Valley (un lugar de EEUU que merecería un análisis mas especifico, es la ciudad donde han nacido y se han asentado todas las empresas de tecnología informática norteamericanas), aparece un inversor del que no sabemos como es que invirtió y como es que saco ganancias. Todo se da por supuesto, para que el sentido común lo complete. No se menciona por supuesto al Nasdaq, que es una bolsa especial que inventaron en EEUU en los 70 para generar formas de financiamientos a proyectos tecnológicos de dudosa rentabilidad, hay toda una historia digna de análisis sobre como se fue generando el negocio tecnológico en EEUU, el Nasdaq existe para que exista Silicon Valley. Volviendo al documental, a los testimonios de los arrepentidos, se suman unas escenas de dramatización sobre el impacto de las redes sociales en las vidas de algunas personas (una familia, una nena de color, un chico border) y como suerte de exposición explicativa se nos presenta una dramatización del funcionamiento de la Inteligencia Artificial, donde un actor en una suerte de centro de control, que se parece mucho al puente del Enterprice, manipula a través del celular a un joven indefenso. El algoritmo de búsqueda de Google, que a partir de datos de la experiencias de búsqueda, configura un esquema predictivo de intereses, y debe ser el punto inicial de la nueva era de internet, no merece ningún comentario. Tampoco el sistema operativo Android (también de google) que es el software excluyente de prácticamente todos los celulares y le da a Google una presencia inédita en la vida de todas los usuarios de celulares, no merecen tampoco ningún comentario. Al no explicitar ni interrogar sobre el funcionamiento real de las empresas que comandan estas redes, como se financian, como se vinculan con otras empresas, como venden publicidad, que relación establecen con organismos estatales, como se vinculan con los dispositivos inteligentes, el análisis se vuelve estrictamente superficial y ligero. Así, cuando en un momento se dice que el control que de la información que las redes ofrecen podría permitir que un gobierno totalitario haga cualquier cosa, no se observa que todas las oficinas centrales de control y financiamiento de esas redes están radicadas en EEUU y, por tanto, el único gobierno que podría presionar de manera real y efectiva sobre ellas, es decir sobre sus dueños y a través de ellos en su funcionamiento efectivo, no es otro que el gobierno norteamericano. Pero como el análisis es ligero y superficial este asunto no se presenta nunca, se sostiene en cambio una idea bastante común en el imaginario del norteamericano medio y que se podría expresar como el peligro permanente de una suerte de tendencia al caos. Es que las redes, según este análisis, proveerian herramientas que pueden ser usadas por cualquiera, en cualquier lugar del mundo, para “manipular” a las personas a través de la información que se les brinda. Se dice incluso, en una mueca de horror, que esa posible manipulación es increíblemente barata, como si el costo de la manipulación puede ser un buen filtro. Como si hubiese una manipulación buena, dependiendo de la plata de quien la ejerza. Debo decir que cuando llegue a este punto del documental no pude evitar pensar en el libro “La seducción de los inocentes” del Psicólogo Norteamericano Fredic Wertham, libro que en 1954 condujo a una campaña de persecución y censura sobre la industria de historietas norteamericanas y fue el punto inicial de todo un sistema de control en las industrias culturales. El libro básicamente sostenía que la lectura de algunos comics de terror inclinaba a los chicos hacia el crimen y la perversión. Había incluso una publicidad donde un niño, que luego de leer una historieta salia a matar. La historia terminó con la quema de miles de revistas de historietas y con la formación de oficina de control y censura llamada comics code, sin cuya autorización ninguna revista podía acceder al mercado de circulación masiva. Esto condujo a la quiebra de la editorial EC comics, que era la que publicaba comics de terror con tendencias al publico adulto (es decir la historieta adulta norteamericana fue amputada del mercado, y pudo reaparecer muchísimos años después) A los inocentes, parece, siempre los salva la censura. No hay que esforzarse mucho para encontrar en la historia norteamericana episodios en los cuales los comportamientos sociales son asignados a ciertos consumos culturales y todo se soluciona censurando o prohibiendo. Y no es casual, pensado así, que en el documental, una de las entrevistadas sugiera que la solución al problema sea sencillamente prohibir las redes “como hemos prohibido tantas cosas”. En otro momento la misma señora, dice horrorizada, que Facebook manipuló tanto a la gente, que muchos...¡fueron a votar! Recuerdo ahora que cuando gano Barack Obama, el presidente Norteamericano que bombardeo 7 países en medio oriente y alineó a las derechas latinoamericanas, se decía que uno de los motivos de su victoria, fue el uso inteligente de las redes sociales. Se ve que ahí no se podía hablar de manipulación, las redes eran buenas y estaba bien ir a votar.
Luego de esto el documental incurre en una ensalada de teorías conspirativas, toma el caso de las elecciones norteamericanas (que nunca expone del todo), donde nunca quedo claro de que manera Rusia podía haber intervenido en las elecciones a través de Facebook, siendo que CIA podía entrar en las oficinas de Facebook y apagar todo en cualquier momento. Pero como el análisis es ligero y superficial, y se sostiene la ingenua postura de que cualquier desde cualquier lado puede armar un grupo, poner muchas computadoras, muchos likes y con tres o cuatro boots...¡generar el caos!. En el fondo lo que no se plantea nunca, es que alguien tiene acceso al algoritmo, y puede cambiar su lógica de funcionamiento. Allí esta todo el poder de las redes. Hace un tiempo hice algún análisis sobre esto mismo y creo que fui bastante mas crítico que la gente de Netflix. Entonces me preguntaba sobre como se organizan estos espacios virtuales y como se condiciona el funcionamiento de ese orden. Volviendo al documental, en un momento se cuenta de un país africano donde de alguna manera, una misteriosa manipulación de Facebook permitió un golpe de estado y cuesta creer viendo las imágenes espantosamente rurales y precarias, quede ese país africano pueda tener una red telefónica mínima-mente operativa para el uso masivo de redes sociales. Después alguien dice que las redes pueden contribuir a desestabilizar democracias, y un rato mas tarde, sin solución de continuidad, se dice que las redes bajo el control de los políticos podrían ser monstruosas. Es decir en el primer comentario se defiende a la democracia y en el segundo se la desestabiliza, estigmatizando a principales actores. Los políticos son malos, pero hay que defender la democracias, las empresas son sagradas y los algoritmos, incuestionables, lo malo, parece: es la gente. Como dato de color aparece el senador norteamericano Marco Rubio, hablando sobre lo aislada e in humanizada que esta la sociedad gracias a las redes sociales. Este muchacho, Marco Rubio, es uno de los principales instigadores de las intervenciones militares de EEUU en América latina.
El documental termina siendo una pieza de época, análisis superficial, relaciones económicas y de poder completamente ausentes, un espantoso miedo al libre-albedrio social, y una des-contextualización absoluta de toda historia. Toda la experiencia de análisis que la sociología y la antropología ha creado para estudiar fenómenos semejantes permanece incomunicada al debate. Y el problema termina siendo que, esos misteriosos algoritmos que el documental nunca quiere conocer en combinación con la inteligencia artificial que procesa los datos, no sabemos como, terminan potenciando lo peor de la humanidad, la cual parece que era perfecta y estaba libre de toda manipulación, antes de Facebook.

domingo, 26 de abril de 2020

La transformación del periodismo y la velocidad de la noticia

El presentador dice "estuvo circulando en las redes un video..." y su compañera, parados ambos delante de un monitor gigante, agrega "es algo muy gracioso". Podemos ver a continuación un video que seguramente ya hemos visto, en nuestros celulares, tal vez por una cadena de WhatsApp o en la pantalla de noticias de Facebook, o en la novedades de Twitter. Esta escena es casi una secuencia cotidiana en todos los noticieros televisivos. Lo que varia es el contenido del vídeo "viralizado" puede ser un video gracioso, o algo indignante, en general se trata eso sí, de videos hechos por particulares con sus celulares. Puede incluirse también en ese repertorio de fuentes de información (con impacto distinto según se trate de radio o televisión) algunos datos que circulan también por la redes, pero como memes. Así podemos encontrar por ejemplo un periodista diciendo que "Mitre nombró jueces por decreto" algo que ya sabíamos porque lo vimos en un meme que llego a nuestro celular. El dato importante aquí es que la mayoría de los espectadores que tengan cierta participación en redes conocen la información, o los videos antes de que estos sean informados por televisión. La conclusión parece ser que la televisión está llegando tarde. Que la noticia llega a nuestras manos, a través de nuestros celulares, antes que la televisión las traiga, o mejor dicho, que llega a nuestras manos al mismo tiempo que llega a las manos de quienes nos informan por televisión.

El periodismo y los hechos

Una frase de cierta tradición periodística reza "los hechos son sagrados" guarda relación con algo que hace mucho ya mencione por aquí, esa famosa máxima de las 6 preguntas (las seis w), quien, que, donde, cuando, porque, como (el algoritmo de los hechos se me ocurrió llamarle). Toda nota periodística, decía entonces, debe responder a esas preguntas. El territorio de la noticia, quedaba claro, son los hechos. pero ¿qué hechos?
Suceden infinidades de cosas en todos lados, porque algunos llegan a los diarios y otros no. Otra máxima periodística sugiere que aquellos hechos que trascienden lo cotidiano son susceptibles de ser noticia (todo lo que quiebra la realidad, pensando como realidad el mundo cotidiano), así la noticia "abrieron todos los negocios" no tendría carácter de tal, ya que todos los días abren los negocios. La noticia sería algo que sucede fuera de lo normal, que rompe la normalidad ("asesinaron al dueño de un negocio"). También observe que existe cierto horizonte que resulta del conjunto de noticias que tenemos. Por ejemplo si no tenemos ninguna noticia sobre hechos que acontecen en África, no sabremos nada sobre África. África estará fuera de nuestro horizonte. Me interesa ahora observar algo en la configuración de la noticia, en la actualidad muy pocas noticias responden a las 6 preguntas o a veces siquiera a una, el horizonte de la noticia que resulta da la caprichosa selección de lo noticiable nos lleva a un sin fin de realidades ignoradas, pero lo que quiero ver ahora no se trata ya de una mala praxis en construcción de la noticia (hechos incompletos, deformados o ausentes), sino de otro tipo de alteración. La ausencia total de los hechos: la noticia, la información que hoy circula como tal, prescinde de los hechos.

Periodismo de Declaraciones

No puede negarse que la influencia de dos grandes transformaciones en los medios de comunicación. La caída de los medios gráficos y el esquema tradicional de medios en que estaba inserto (a saber, diarios, revistas, radio y televisión) frente al avance de otro modelo de comunicación, aun en desarrollo, pero que podemos definir (si alguien no ha definido ya) como plataforma digital (portal de noticias, redes, diario, radio y televisión), esquema que además tiene una fuerza y poder de llegada inédito en la historia porque viaja a las manos de los individuos a través de sus celulares. La gran transformación de este nuevo esquema de comunicación reside sin duda en el uso masivo de celulares inteligentes. Lo que potencia la fuerza de todo lo digital, del portal de noticias y las redes sociales. La noticia, la palabra del medio digital, viaja con el individuo, en su bolsillo. Cualquier medio gráfico tiene mediaciones materiales que condiciona los tiempos de lectura y la velocidad de la información. Hay que ir a comprar el diario, buscar un momento de lectura, la densidad del medio, su valor y jerarquía se mide en la cantidad de páginas, es decir, en su volumen material que a su vez dificulta los espacios y momentos de lectura. Al mismo tiempos las mediaciones materiales del medio producen un intervalo entre que la noticia se redacta y llega al lector. Hay que hacer procesos industriales de impresión (diseño, fotocromía, pre impresión, impresión, ensamblado y distribución). En cambio la plataforma digital saltea todos esos pasos y lleva la información (la noticia) a las manos del lector al segundo de haber sido redactada. Potencia el vértigo del medio, acelerando la velocidad de llegada. La velocidad de lo digital (cuyo tipo ideal, diría el amigo Weber, serian las redes sociales) en su mediación con los dispositivos móviles, es incluso mayor a la velocidad de la radio y la televisión, que ya implicaba un gigantesco avance frente lo grafico. Todo esto lleva al aumento de una tendencia que ya estaba presente en los medios de comunicación tradicionales. La necesidad de la noticia. Es que los medios venden noticias y mientras más noticias se vendan mejor será el negocio, en consecuencia es preciso producir el mayor numero de noticias. Pensemos que tenemos un público conectado todo el tiempo, con lo cual los tiempos de actualización (que en la grafica son los números de cada publicación) son más breves. Frente esta velocidad de circulación y tiempos de actualización, la producción de noticias sufre un serie de transformaciones, diría, relajamientos. Esto, podría aventurar, conduce a una nueva categoría de noticias, noticias ligeras, con redacción rápida y escaso desarrollo, que resultan de operaciones retoricas bastante pobres y se construyen sobre un conjunto de datos, hechos e informaciones tan accesible al medio como a sus lectores. Así podemos encontrar noticias sobre videos que llegan al público con la misma velocidad que llegan al medio que hará noticias con ellos. También es bastante común notas sobre publicaciones en redes sociales "Pampita publico fotos hot en su instagram y volvió locos a sus seguidores". Y un tipo especial de noticia ligera que voy a llamar periodismo de declaraciones. Donde la noticia se reduce en una suerte de run run social, se trata de relevar un dialogo entre dos personalidades con cierta trascendencia social, ya sean un políticos, periodistas o alguna personalidad de cualquier procedencia pero con presencia en los medios. En general estos diálogos son levantados de publicaciones personales en redes social o bien participaciones breves en algún otro medio de comunicación, con lo cual se trata de un cruce de declaraciones breves sin ningún desarrollo, o con desarrollos cortos y escasa contextualización. Lo que le falta a este tipo de noticia ya lo podemos anticipar, son hechos. La noticia esta construida sobre declaraciones, es el relevamiento de un dialogo. Esto además se alimenta de otro elemento, que ya estaba en la tradición periodística grafica, la búsqueda de atención. En la grafica era "el titular". Se trataba y se trata aun, de redactar un titulo para la noticia que cumpla con dos requisitos, sintetice e introduzca la noticia y llame la atención del público lector. Los diarios sensacionalistas por ejemplo enfocabas los costados macabros de los hechos así un homicidio se podía titular como "violento y sanguinario asesinato en recoleta" Si el titular atrae, el lector leerá la noticia, el titular además está en la tapa del diario y el texto adentro, tenemos que ir pasando las páginas del diario para encontrar la nota del titular que nos intereso (nos interesa el titular, buscamos la nota). Quien estudie los medios gráficos notara que esta difícil tensión entre la síntesis de la noticia y la búsqueda de atención se interrumpe además por una distorsión ideológica y lo mas común es que el titular mienta. Entonces el titulo sugiere noticias que la nota no dice. Como es sabido que la fuerza del titular es mucho mayor que el texto completo de la noticia (que en ocasiones ni siquiera es leído) la mayor carga ideológica esta en los titulares. Pero lo importante aquí es que el titular juega como síntesis y como llamado de atención. Ahora bien, en los medios digitales tenemos un mecanismo mas que es lo que se ha denominado hipertexto, que expresa el funcionamiento de los vínculos de páginas. Haciendo un click en un elemento del texto, "el titular" vamos a la nota, y haciendo click en alguna palabra de la nota, vamos a otra nota. Los textos están hiperconectados y podemos transitarlos en un repertorio mucho mayor y especifico que el pasar las páginas de un diario. Lo primero a observar es que aquí efectivamente nos llega el titular antes que el texto, y si no hacemos click, el texto no lo veremos nunca. La urgencia por llamar la atención, en el medio digital, es la urgencia del click. Y esto transforma los modos de redacción del titular para incentivar el click, en consecuencia se altera el sentido de síntesis del titular. Aparecen los "titulares con incógnita" que pretender generar intriga en el lector para que movilizado por ella busque la noticia, y haga, por supuesto, click. Así podemos encontrar títulos del tipo "Maradona le retruco a Carmen Yazalde", en una de las captura vemos como noticia que un intendente "salió a responderle a Feinman", lo que no puede falta en el titular es lo que falta, la noticia, lo que dijo Maradona, la respuesta del intendente es lo que debemos buscar haciendo Click.
No se trata de buscar el desarrollo de la noticia, sino las partes que faltan del titular, la incógnita. Una variante de este uso retorico es la aplicación de adjetivos que de algún modo espectacularizan el intercambio lingüístico, porque siempre hablamos de diálogos, nunca de hechos. Así nos encontramos con figuras como "liquidó"; "destruyó"; "fulminó"; "destrozó". Entonces la incógnita a despejar, lo que buscamos en la nota, son las declaraciones textuales que encubren esas palabras rimbombantes. En una de las capturas tenemos un ejemplo, la panelista tucumana "liquido a Lanata". Más allá de la espactacularizacion del dialogo, este uso de verbos para describir diálogos puede generar la sensación de que hablamos de acontecimientos fácticos cuando solo se trata de intercambios lingüísticos. En resumen, de chicanas. En el fondo un periodismo de declaraciones es un periodismo de chicanas. Para cerrar quiero preguntar cuánto de todas estas transformaciones en el ejercicio del periodismo se deben a esta crisis de sus medios y cuanta a cuestionables deformaciones de la practica misma del ejercicio periodístico.

domingo, 19 de abril de 2020

Ponerse en el lugar del otro

Hay palabras nuevas para cosas bastante viejas, parece ser un signo de estos tiempos, un constante rotulado de realidades que en términos objetivos difieren muy poco que cosas bastante conocidas. Hay cierta lógica de ONG (de lo que alguna vez me explayare mejor) que corresponde a esto, y consiste en inventar problemas sociales, configurar sus límites, rotularlos y venderlos a los estados para que estos habiliten fondos (a dichas ONGs) para futuras soluciones. Se inventan problemas para vender soluciones, que por supuesto serán generadas una vez acreditados los fondos. La configuración de problema se convierte en una inversión a futuro. El trabajo de la ONG se define entonces como una sobre interpretación de hechos ya conocidos que terminan siendo "visualizados" nuevamente, pero ahora con lentes nuevos. La consecuencia fáctica es que de pronto tenemos palabras nuevas para cosas viejas. Y los comportamientos y las acciones que persisten en torno a esas cosas son más o menos las mismas que pudimos observar antes, solo que al nombrarlas de otro modo, pareciera que estamos frente a un mundo nuevo. Y en el imaginario social muchos de estos encubrimientos simbólicos son bastante comunes. Se han instalado hoy en el lenguaje cotidiano una catarata de términos que vienen a reemplazar, en forma empobrecida palabras que eran bastante precisas. Estoy pensado en términos como Toxicidad, intensidad y empatía. La toxicidad, que proviene de los manuales de autoayuda del inefable Bernado Stamateas,
refiere a cierto tipo de conducta que un sujeto ejerce en relación a otros. Una influencia negativa, toxica. El tipo de metáfora, es bien conocida para quien haya leído un poco de sociología, es una metáfora biologicista. Un sujeto toxico nos dañaría con sus comportamientos, como una toxina afecta la organismo. Sin llegar a matarnos, estaríamos intoxicados por su influencia, su mala influencia. Así de pronto hablamos de gente toxica, de novios y novias toxicas, de relaciones toxicas y cuanta cosa toxica se nos pueda ocurrir. Y como toda metáfora biologicista aplicada al mundo social tiene un problema bastante conocido y es que funciona en una sola dirección. Resulta que se construye todo sobre un "ego", soy yo (el organismo, que además es concedido como cosa dada e inmodificable, cuando el ser social es todo lo contrario) y los demás, "los tóxicos". Pareciera entonces que mis comportamientos hacia los otros no guardan ninguna relación de los comportamientos de los otros hacia mí. Me desentiendo así, de mi responsabilidad sobre el mundo, o la parte del mundo que me toca, que son las cosas que hago. Ahora para definir comportamientos tóxicos, ya teníamos muchas palabras más precisas podíamos hablar de comportamientos envidiosos, egoístas, posesivos, cobardes, indiferentes, demandantes. Teníamos un universo de características muchísimo más preciso e interesante, cambiamos todo eso por la palabra toxico. Es una pérdida de conocimiento. ahora sabemos menos de lo que nos afecta de los otros de los otros, solo que nos afectan y no nos gusta.
Para la palabra intensidad, usada en formulas tales como "Roberto es muy intenso", teníamos ya la palabra "pesado" o "denso", frente a esos términos hablar de intenso parece jugar un sentido distinto, pues si ofrece alguna grado de conocimiento. No solo cierto decoro para con Roberto, que paso de ser denso y pesado a ser elegantemente intenso. Define un grado de energía o fuerza, ¿intensidad?, que esa persona le pone a su relación con las cosas. Lo que busca de mi los busca con tanta fuerza, que se vuelve pesado.

La tercer palabra que traje es empatía y aquí pretendo detenerme un poco más. Tener empatía juega en el sentido de la comprensión. De entender al otro, comprender al otro es una formula mucho más rica que la de la empatía. Cuando decimos "hay que tener un poco de empatía" venimos a usar el espacio que antes usábamos con frases tales como "ponerse en el lugar del otro" o "estar en sus zapatos". La diferencia es que el universo de la empatía, es un universo individual. Empalizar con alguien es entender su mundo intimo, su ser único e individual. Mientras que ponerse en el lugar del otro, es entender su circunstancia, el universo de relaciones en que el otro se mueve y donde se construye su racionalidad. La idea de comprensión incluye en este situar el "lugar del otro" el costado humano del mundo interior pero lo piensa en términos relacionales, lleva implícita la premisa que el sentir intimo y personal del ser debe ser explicado en su circunstancia. Por eso la compresión es una instancia superadora, se trata de entender al otro en su relación con el mundo, lo que piensa y lo que siente. Ahora cuando pasamos de ponernos en el lugar del otro a empalizar con el otro, se nos perdió el sentido relacional y con eso al mundo, es decir, el contexto. Se me dirá que para empatizar con el otro debemos conocer su circunstancia, pero eso no es excluyente, porque aquí lo que está en juego, es la construcción del otro. El otro con el que empatizar no es un sujeto social sino un individuo definido por sus emociones y sentimientos: sensaciones individuales y aisladas. Empatizar es entender su angustia, su alegría, su pena, pero pensadas como separadas de su racionalidad, porque la racionalidad se construye en el mundo social. De ahí que empatizar defina a un otro sin sociedad.

La superficie de la relaciones


Hay una relación entre el empobrecimiento de la terminología que usamos para denominar nuestros comportamientos con el empobrecimiento de nuestras relaciones sociales. Es que si tenemos menos palabras para entendernos, nos entendemos menos. Y hemos cambiado un vocabulario bastante extenso por un par de palabritas nuevas lo suficientemente ambiguas como para representar cualquier cosa o varias cosas al mismo tiempo. Hemos perdido precisión. Y entiendo que algo de esta pérdida se expresa en el volumen de nuestras relaciones sociales y podríamos decir, como una hipótesis tentativa, que se expresa también en el grado de violencia de muchas relaciones. Últimamente pienso mucho en cierto juego bastante típico en las redes. Hay que decir que las redes proliferan, capaz por excelencia, muchos vínculos débiles o superficiales, que sin embrago son catalogados sin demasiado reparo como "amigos". Como esta debilidad del vinculo no es observada, ante cualquier acontecimiento que rompa la relación se nos presenta como un sorpresivo descubrimiento de alteridad, descubrimos un otro que no imaginábamos. Y la otredad es tan abismal como monstruosa. Esto además esta tamizado por otra característica de estos tiempos, la sobreactuación moral. Entonces es muy fácil ver monstruos en todos lados, monstruos con los que hasta ayer tomábamos mate a los cuales debemos repudiar a velocidad luz para no quedar manchados con su monstruosidad. Es que así vista la monstruosidad es tan fácil de encontrar que podríamos encontrarla en nosotros mismos. Y sale entonces una frase bastante común "nunca se termina de conocer a las personas" o bien "cualquiera puede ser un hijo de puta". Con lo cual perdonamos, u ocultamos la realidad de la superficialidad de nuestros vínculos sociales (¿queremos conocer realmente a las personas?). Si resulta que Roberto, a quien consideraba mi mejor amigo, con quien tomaba mate y compartía muchas cosas, hoy descubro que es un monstruo, debería replantearme el grado de exigencia que tengo para mis amigos, o más bien el nivel de profundidad que en mis relaciones con los otros me permite conocerlos. Debería preguntarme cómo es que después de compartir tantas cosas con Roberto no me di cuenta quien era.
Podría preguntarme incluso si es cierto que Roberto es un monstruo, lo cual me pondría en una situación muy difícil, peleando con los argumentos que configuran en Roberto a un monstruo, peleando con la peor de la coerciones, la moral. Mucho mas fácil es decir que Roberto resulto ser un monstruo y que este resultar puede acontecer en cualquiera, sin mediar en mi ninguna torpeza, es decir, cualquiera puede ser un monstruo. De esto se derivan un par de cosas más, y es que si cualquiera puede ser un monstruo, todos pueden ser el enemigo, nos encontramos de pronto en una guerra constante, un mundo hostil, donde cualquiera puede merecer, de un momento a otro nuestro peor repudio. Lo que habilita a una serie de comportamientos miserables y cobardes, podría por ejemplo, repudiar sin demasiadas pruebas a un tipo con el que ayer tomaba mate. Porque puede ser el enemigo, cualquiera puede serlo, uno nunca termina de conocer a las personas. La coerción moral es más fuerte que muchos vínculos, y rompe cualquier vinculo débil. En sentido inverso se puede decir que toda moral totalitaria se discute desde la fuerza de los vínculos sociales. Y podría aventurar, ya que estamos, que debido a que en las redes sociales la pauta relacional es la del vinculo débil, los mandatos morales y sus sobreactuaciones son tan poderosas y frecuentes.





sábado, 4 de abril de 2020

Fuera del tiempo.

Construyeron la imagen de la terquedad del jubilado. Un sujeto fuera del tiempo, que se resiste a la tecnología, que no puede usar una tarjeta o un cajero automático. Que quiere ver los billetes en la mano, contarlos, hablar con el empleado de la caja. Una imagen que contrasta con las otras tecnologías a las que los jubilados se han adaptado con increíble facilidad, como el uso de los celulares, las tarjetas de ofertas de las cadenas de supermercados o mismo la tarjeta SUBE. Pero allí donde las compañías de celulares, las cadenas de supermercados y el estado nacional triunfa, los bancos fracasan estrepitosamente y los medios repiten "el jubilado esta fuera del tiempo, no puede, es incapaz" consolidando de esta forma la justificación del maltrato, en una forma de desprecio. Así las largas e históricas colas de los jubilados para cobrar sus haberes, se convierten la trágica consecuencia de una realidad inmodificable y no una señal de la irresponsabilidad con la que los bancos gestionan el pago de jubilaciones. Toda una mitología que viene a encubrir el desinterés bancario por incluir a los jubilados al sistema. El desinterés de brindar canales de información y mecanismos amigables para el acceso y disponibilidad de los haberes. Porque hay que decirlo, por cada traba que ponen los bancos para el acceso a los haberes es plata que esconden. Plata con que se fondean, plata que paga intereses. Y nunca olvidemos que pagar las jubilaciones es un negocio descomunal.