domingo, 31 de julio de 2016

Entrevista Agente Feldon (25/09/2011)

Agente Feldon se formo en 2008. Actualmente cuenta en su formación con Pablo La Rosa (34) En el saxo; Alejandro Rio (34) en el bajo; Emiliano Caminos (33) en Guitarra y Mauro Serafini (34) en voz. Estuvimos en el ensayo donde se reincorporó Maximiliano Rollan (37), baterista que tuvo que alejarse de la banda por problemas personales. Si observan las edades, se darán cuenta que los Feldon no son pendejos haciendo música “ya estamos grandes para decir la joda loca” dice Pablo y “no es lo mismo pendejos que tienen bandas a los veintipico, que no tenes nada, no tenes obligaciones” agrega Mauro.
Los Feldon son tipos con una vida encima, con trabajo, con obligaciones, que sin embargo encuentran y buscan en la música algo que los completa. Ser músico en la argentina no es fácil, “yo amo la música, como una asignatura, yo la daba por perdida” nos dice Maximiliano. Y entre cervezas, en la puerta de la sala, nos contaron como es, para ellos, el mundo de la música.

¿Cómo empieza cada uno en la música?

Pablo: lo mío empieza como hace 25 años. A los 8 empecé estudiando guitarra clásica de conservatorio…mis tíos son músicos, mis viejos eran músicos, amantes de la música. Mi casa era todo el día música. Y era como que no quedaba otra, en mi casa habían guitarras, había de todo…

Mauro: en otra casa te mandaban a estudiar abogacía y a este le decían, anda a estudiar guitarra…

Pablo: no había mucha vuelta ¿viste? O sea…si o si había que arrancar con la música, y bueno después de muchas idas y vueltas un día se me prendió la lamparita escuche un saxo y dije “eso es lo que tengo que tocar”…Y…arranque. Con quinientos pesos fui y me compre en la calle Talcahuano un Weril Alto

Mauro: que ni lo podías probar porque no habías tocado nunca…el chabón le decía “probalo, probalo” y este no había tocado nunca

Pablo: nunca… guitarra, bajo, batería; lo que quieras, pero eso nunca. Veía tantas llaves y botones y decía no…lo voy a romper. Decía “pero no podes llevar sin probar”… y si, lo llevo y lo lleve…500 pesos. Todavía lo tengo en casa.

Emiliano: yo con la música me encuentro porque tenía ganas de tocar la guitarra. Tuve bandas esporádicas donde lo único que hacía era tocar, me faltaba la parte de disfrutar y acá disfruto, yo la viola la toco hace…nada. Ocho, siete años, no es algo que lo mame de chiquito…agarre una viola cuando tenía 10 años, aprendí dos acordes y …me fui a andar en bicicleta…pero hubo un momento en que dije, no tanto me dedico a la música, sino: me gusta la música y yo toco porque me gusta. Me encontré con estos locos de mierda que…me hicieron crecer tres años por uno, es un poco eso.

Alejandro: mi viejo me regalo una guitarra cuando tenía 15 años para mi cumpleaños, él ni sabía si quería tocar la guitarra o no. Me gustaba mucho los redondos me puse a tocar temas de ellos, me empecé a comprar los libritos, me empecé a dar cuenta que los libritos no sonaban como sonaba el tema. No tenía internet. No era época de internet entonces, había que sacarlo de oído. Y fui así, autodidacta, por decirlo de alguna forma. Hasta que dije “deja de mentirte a vos mismo, anda y estudia”

LA BANDA

Emiliano: En esta banda hay dos puntos fundamentales. Primero que no hay egos, y somos muy celosos de eso, que no haya egos, justamente. Segundo que lo hacemos para divertirnos…

Mauro: nosotros siempre hablamos de la camaradería Feldon, lo que pasa acá adentro tiene que pasar afuera y lo que hacemos arriba del escenario es lo mismo que hacemos abajo. Cuando empecemos a ser distintos arriba del escenario que abajo o viceversa. Es cuando…se prende la alarma y te dice “loco, bájate de ahí porque no es así”

Emiliano: internamente, quizás nunca lo hablamos pero está establecido, queremos que abajo del escenario pase lo mismo que acá, nos gustaría que pase eso. Nos gusta que pase eso.

Pablo: nosotros intentamos irradiar todo eso que tenemos adentro hacia abajo y creo que se nota porque la gente se divierte a full como nos divertimos nosotros arriba del escenario o inclusive acá en la sala, porque no somos muy diferentes en el escenario que en la sala

¿Cómo componen?

Mauro: las letras son lo primero que se hace, básicamente yo tengo muchas letras, unas archivadas y de repente pasa con varios temas que se empezaron a tocar, zapando, empecé a cantar cualquier cosa por cantar, para marcarle un ritmo al tema y fueron quedando.

Emiliano: es un laburo posterior. No hay una metodología, nosotros no tenemos una metodología para armar un tema. Laburamos mucho en la semana, cada uno por separado, y como ves, temas armados hay como mil, temas que nunca salieron a la luz y no son ni siquiera temas…

Mauro: pero también hay mucha inspiración, el Ale es un loco que se inspira demasiado. El otro día por ejemplo entro un batero nuevo muy joven de otra banda, acá, a hacernos la segunda la ultima parte del ensayo, y salió un tema nuevo… ¿me entendes? Clavo una base de bajo, yo cante algo y este se metió algo, y se arman así…

Maximiliano: esa es la otra cara de la composición también, acá dentro de la sala

Pablo: intentamos no cerrar las formas de la creación

Mauro: claro, Acá viene Ale con una base de bajo y hasta que yo no empiece a cantar no sabe lo que voy a hacer

Maximiliano: el mismo no sabe lo que va hacer (risas)

Mauro: hubo temas que costaron, el reggae con que empezamos hoy… “lentamente” es un tema que a mí no me gustaba. No me gustaba.

Pablo: no lo querías cantar.

Mauro: dejaba el micrófono en el piso y me iba de la sala, no lo quería cantar. Y un día, me acuerdo que fue un día que vine muy rayado, que le empecé a poner letra. O sea empecé a sentir, porque es un tema depresivo. No tenia letra, es un tema que va para abajo y yo soy un chabón que me gusta más, tal vez…el agite. Y encontré el agite en eso, en la fuerza del tema en que va despacio, pero va despacio como una topadora pa pa pa, y vine un día cruzado y le empecé a poner letra. Y termino el tema y estos se quedaron así. “viste hijo de puta”

Pablo: que no lo querías cantar, lo queríamos matar. Y hoy es un tema que no se puede no tocar.
Vivir de la música. ¿Alguna vez se lo plantearon?

Maximiliano: No.

Mauro: no. Yo particularmente no.

Pablo: Mira, todos vivimos de otras cosas, yo por ejemplo doy clases, yo vivo de la música en una parte. Doy mis clases hago mis laburos.

Mauro: pero el ochenta por ciento de tu sueldo te lo da tu laburo. No la música.

Pablo: pero por ejemplo Ale es profesor de música, el vive de la música cien por ciento. Pero el tema de llegar a vivir de la música con esta banda es una consecuencia de hacer un camino largo, de hacer las cosas bien, de que a la gente le guste lo que haces, es una consecuencia de muchas cosas. Por más que vos te propongas vivir de la banda.

Mauro: dependes de que se alineen los planetas, dependes de que alguien venga y te ponga guita.

Pablo: son tantas cosas que si te propones eso es cien por ciento seguro que no llegas.
Las veces que tocaron en vivo. ¿Cuántas veces tocaron, como fue el arreglo?

Mauro: las primeras, sobre todo fueron para cumpleaños, el arreglo era pagar el sonido del lugar. Y lo pagamos sin cobrar entrada, para que la gente venga porque era la excusa de juntarnos a tocar para un cumple. ….Estamos teniendo que pagar algo. En Moon Rock tuvimos un arreglo de que tocábamos gratis pero como ellos cobraban entrada nos dan un porcentaje, le metimos ciento y pico de personas al lugar. Es un lugar que no te cobra por tocar pero tienen un par de yeites que son una mierda, no probas sonido, le cobran entrada…20 mangos a tu gente sin ninguna puta consumición. De eso nosotros nos llevamos porque, posta, de lo que se recaudo nos llevamos la tercera parte, una para el boliche, otra para nosotros, una para el que arma la fecha, que es un chabón que arma fechas.

Alejandro: Nadie va a venir a garparte

Mauro: con la colorada siempre pagamos algo, que es un poco menos de lo que te dicen de entrada o sea, te dicen 800 y decimos 500 y nos quedamos con las entradas, siempre recuperamos, en la última colorada metimos ochenta y pico de personas

¿Qué opinión tienen de esto, de tener que pagar para tocar?

Mauro: Es una mierda. Porque en realidad vos le estas juntando gente, que le llenan el boliche, consume toda la noche y encima tenes que pagar. Entonces ¿cómo es? Tengo que pagar para traerte un negocio a vos. Te traigo gente que te consuma. No existe. Pensa…¿Cuántas son las bandas que triunfan? ¿Un diez por ciento? De todas las bandas que hay, un diez por ciento, bueno, estos boliches viven del noventa por ciento que vive de ilusiones. De llegar a ser. De diez años de tocar en boliches de mierda. ¿Entonces que hacen? van con donde está verdaderamente la guita…todos los fines de semana tienen a alguien que les paga para tocar. Arriesgando nada, porqué no arriesgan nada. Todo es para ellos, la guita de la banda y la guita de la gente que lleva esa banda. No arriesgan nada, es el negocio perfecto.

El tema del formato digital, difundir los discos por la web. ¿Qué piensan al respecto? Hay bandas suben el disco directamente a internet.

Mauro: El tema de bajarse música por internet a los únicos que perjudica es a los peces gordos de mierda de las discográficas, las bandas viven pura y exclusivamente de tocar. Cuando el disco se transforma en algo gratuito, que una banda lo puede grabar y recuperar o ya tener la guita de antemano de tocar en vivo, grabar para difundir y que lo tenga todo el mundo. Los únicos que verdaderamente no van a poder viajar en Cadillac son los de las discográficas. El músico recibe 10 centavos de cada disco que se vende…internet te da un lugar para mostrarte que antes no existía.

Gente. Muchas gracias.-

* Esta entrevista se publicó originalmente en el Número 1 de la revista digital Noviembre, en Octubre de 2011. La fotos son de Alejandro Spataro.

martes, 19 de julio de 2016

Entrevista Gaston Souto (6/11/2011)

Gastón Souto de 33 años, forma parte de esa generación de historietistas que se formaron en el contexto de la ausencia de editoriales, y para quienes la autoedición se convirtió en “un excusa para profesionalizarnos” recién recibidos en bellas artes, en 2001 un grupo de laburo de la facultad, un grupo de amigos, decide hacer una revista “surge como una conexión al grupo que habíamos creado. Y al estar recibido cada uno, teníamos miedo de dispersarnos, estábamos como medio en una nebulosa, no sabíamos que hacer porque en el ámbito de académico y artístico, lo que es las bellas artes, no nos cerraban.”
Así nos cuenta, surgió la Lule Le Lele. Revista de historietas que llego al número 15 y este año [2011] se acaba de editar un libro festejando sus 10 años de trayectoria en el medio. Estuvimos con Gastón y entre mate y mate charlamos un poco sobre toda esa experiencia.

¿Cómo te relacionas con el dibujo primero y después con la historieta?

Respecto a empezar a dibujar, bueno, desde siempre. Desde que soy chico. Después la parte de instrucción con el dibujo en la secundaria, estudie publicidad y tenía un poco de dibujo. Era más publicidad desde lo grafico, era una escuela como que estaba medio quedada en el tiempo y tenían contenidos de publicidad como del año 50. O sea que era todo dibujo, te recibías de dibujante del año 50 (risas).

¿Pero ya estabas definido por el dibujo?

Si, desde siempre estuve definido hacia el dibujo. En realidad me anote en la secundaria de publicidad por desconocimiento, por ignorancia. Yo había estado en una escuela de Quilmes en solano y no había mucha información sobre las carreras y las secundarias. Estando ahí el único lugar que más o menos se acercaba a lo que era dibujo, era dibujo técnico que nada que ver. O sea que estuvo bueno, en cierto punto, que mis viejos se hayan separado en esa época, mi vieja se haya mudado para Avellaneda y desde ahí viviendo con mi vieja empecé a averiguar escuelas. Vi dibujo publicitario y bueno, me enganche ahí. Pero por desconocimiento, si hubiese sabido que existía una escuela de bellas artes me anotaba directamente en bellas artes, que quedaba a dos cuadras (risas)…Después hice un posgrado de muralismo.

¿Cómo fue el paso de terminar los estudios e insertarse en el mundo profesional, desde el dibujo?

Mundo profesional, quizás, ahora en estos últimos años que más o menos nos estamos metiendo, pero durante muchos años y mientras estaba estudiando… desde los 20 años doy clases de historieta, sin saber historieta, o sea que el dar clases de historieta también me obligo a investigar sobre el tema. Eso fue como una obligación a estudiar un poco sobre los recursos de la historieta, y eso estuvo bueno en el sentido de estudiar un poco el medio. Lo que es laboral y profesionalizarse con el dibujo, que se yo, cada tanto hacíamos algunos trabajos, ya sea para publicidad o lo que sea. Pero nunca abandonando la docencia. Hasta hace unos años que por mi parte decidí un poco abandonar la docencia que me consumía mucho tiempo y no me dejaba un margen como para un desarrollo personal y artístico. Fue una decisión de avocarse solo a lo que es el trabajo de dibujo y hasta el momento es como estar en la lucha, es un rubro medio jodido que no hay como una cierta estabilidad. El rubro del dibujante es cómo, que se yo… hoy tenes 20 millones de cosas para hacer o un mes de mucho laburo y después estas tres meses sin nada.

¿Qué diferencia hay entre trabajar para publicidad y trabajar haciendo historietas?

La historieta es un laburo muy forzoso, no es lo mismo que hacer una ilustración, tenes que pensar en muchos aspectos para que quede bien, tiene mucho labor atrás. Y quizás en la publicidad es menos el laburo, es muy rompebolas pero quizás en dos días podes ganar lo mismo que todo un mes haciendo una historieta de 30 páginas. Por el tiempo de trabajo y la ganancia conviene más hacer eso y después hacer historieta por placer o por amor. Pero laburar de historieta para afuera, que no te conoce nadie, que tu laburo no es apreciado, que no haces carrera, y que lo que vos laburas y te rompes el orto, no se va a valorar es preferible hacer lo otro...Igual parece como superado lo que digo, pero también es como cavarse su propia tumba. Es tener que rebuscártela a veces teniendo laburo, a veces no.
Y también es una incertidumbre…para poder avocarme a lo que es el dibujo yo deje muchas otras cosas, yo deje un montón de otras cosas. Deje una estabilidad que me daba un laburo donde yo sabía que cobraba todos los meses…el ultimo laburo que tuve fue de vicerrector en una escuela de diseño de moda, o sea, dando clase y todo eso había llegado a ese cargo y estaba bueno, pero me consumía todo el tiempo y no podía hacer nada de lo que realmente amaba que es dibujar o hacer historieta. Entonces fue como perder algo para ganar otra cosa, ganar mi espacio de hacer lo que realmente me gusta. Estaba como esa lucha filosófica ¿viste? Me voy a morir, toda la vida haciendo esto como un laburo que yo no amo, o me muero de hambre y hago lo que me gusta.

La Lule tiene como dos momentos, uno más fanzine al principio, hubo un tiempo en que pararon, y después arrancaron de nuevo. ¿Cómo fue esa pausa en el medio, y como los encontró a ustedes que arrancaron de un modo y después retomaron ya desde otro lugar, con una apuesta distinta y con más profesionalismo?

La primer etapa era sin ninguna excusa extra más que hacer una publicación para un entorno reducido, nuestros amigos, familiares, lo vendíamos en la puerta de la escuela …hacíamos muestras, era una especie de catalogo al principio, hacíamos una muestra y estaba la revista, era dejar un registro de esas cosas. Pasaron muchos colaboradores, muchos amigos, habíamos empezado cerca de 8 personas y con el tiempo, fueron dejando ya sea por responsabilidades, etc. Fuimos quedando cada vez menos. Cuando decidimos hacer la publicación, que es a partir el número 10, que es más profesional, fue a raíz de que nosotros estábamos laburando en una revista que se llamaba “Esperando a Godot” que tenía una buena tirada, una buena distribución. Entonces dijimos “bueno, nosotros ya más o menos observamos cómo se labura, vamos a arriesgarnos a hacer nuestra revista con esa calidad”. Éramos una sociedad de 4 personas, no 5… Y dijimos “bueno, lo tomamos con mayor responsabilidad y vamos a ver qué pasa” Juntamos la guita, habíamos buscado un par de publicidades y todo eso, pero básicamente siempre era plata de nuestro bolsillo…íbamos invirtiendo para sacar una revista y la ganancia de la primer revista nos llevaba a hacer la otra quizás con más calidad, con mas cantidad de páginas, siempre poniendo la misma cantidad de plata, nunca sacábamos para nosotros sino que siempre íbamos metiendo mas …
y cada revista desde el numero 10 hasta el numero 15, fue siempre con un poquito más. Pasaron diez años y nosotros fuimos aprendiendo el oficio, aprendiendo de los errores, aprendiendo de cada número que salía, discutimos bastante. Cada número que sale nos reunimos para discutir los guiones, la estética, donde fallamos, todo eso, como un aprendizaje para el siguiente material y en esos diez años nosotros pasamos por el hecho de bueno, laburar para afuera, industrializar nuestro trabajo. No es lo mismo, antes hacer una página para la revista que nos parecía un montón que después de laburar para afuera… no se… tenias que hacer 100 páginas en un mes, entonces ya adquirís otro profesionalismo.

Respecto al libro, que vendría a ser el primer número de Lule que no editan ustedes ¿Cómo fue que llegaron a eso?

Llegamos a eso porque estábamos en una etapa de que se nos hacia cuesta arriba juntar plata, Martin y yo fuimos papa, y es como mas difícil encarar un proyecto que no genera dinero. Nunca genero dinero y siempre genero gastos. Estábamos en una etapa donde no podíamos invertir y teníamos que hacer como un salto, ya no tenía sentido seguir haciendo la revista, poner guita y tampoco que sea una tirada que no llegaba a mucha gente. La conocía un grupo reducido. Y estábamos medio podridos de todo el tema industrial de preparar el producto, ir a la imprenta, a la distribuidora, buscar publicidad, ir a cobrarlas después, dejar a consignación….Dijimos “bueno, vamos a preparar un numero“. Quedamos tres solos en la organización que éramos por ahí los que podíamos bancarnos el decir “tenemos 30 páginas para hacer en un mes y las hacemos”. Y empezamos a buscar editores, en una convención que había sido Animate, aprovechando que estaban todos los editores, y tiramos el proyecto. Armamos como un modelo para graficar la idea que teníamos, la idea era de hacer un libro con 100 páginas, todo color. De todos ellos, buena onda con un par de editores, pero el que se engancho fue Pablo Muñoz. Fue un par de idas y vueltas de ajuste con respecto a los contratos y después nos pusimos a realizarlo. Fue medio a las corridas, fue una experiencia medio entre alegre y saturada porque el editor lo quería presentar para la feria del libro y teníamos un mes de trabajo para hacer el libro. Ya teníamos los guiones y todo pero tuvimos que apretar a los colaboradores y nosotros hacer ventipico de páginas coloreadas en un mes, más todo el diseño. O sea que fue un trabajo industrial. Fue un trabajo que no lo disfrutamos como si hubiésemos tenido más tiempo. Pero sin embargo, fue como un reto para nosotros y estamos contentos de que pudimos cumplir con eso. Después el libro estuvo guardado 5 meses más sin salir…por una interna del editor con la imprenta.

Lo digital. ¿Cómo te vinculaste con los blogs? y Ahora te puedo preguntar también sobre el facebook, ¿Qué aporta a los dibujantes?

Nosotros somos de una época donde no existía nada de esto, por ahí hay pibes que ya nacen con la tecnología. Yo no tuve computadora hasta hace, no se…4 años. En realidad yo tengo blog por una cuestión comercial. Siguiendo esa premisa cuando me puse Facebook, era una excusa para que entren al blog con la idea de que quizás de ahí alguien lo vea y pueda encontrar algún laburo…hay una potencialidad ahí de difusión que es buenísimo. Un poco me asusta el tema de involucrarme tanto y perder esa esencia primaria de que es una herramienta para publicidad… Y tampoco tiene sentido subir tanto material, es como que para estar tenes que hacer. Como un espectáculo, siempre están esperando que hagas algo nuevo. Y eso es medio macabro porque orgánicamente uno no siente la necesidad siempre de hacer cosas o de complacer a los demás. Se genera una complicidad entre la gente que consume Facebook y nuestro caso que somos productores.

¿Cómo incorporas la tecnología y la computadora a la producción artística?

Con respecto al arte digital lo hago cuando es por laburo, o por una cuestión de practicidad. Pero lo que es para mí, Trato de no perder lo que es el laburo manual, el contacto con las cosas…cuando tuve la computadora era el tema de lo nuevo y de poder hacer lo que hacía a mano con esto. Cuando le sacaste la ficha y caíste en la cuenta de que estuviste, no sé, 20 horas laburando para hacer una ilustración como un pelotudo alienado y después decís “hubiese estado 20 horas pintándolo a mano y me queda algo concreto, no algo virtual”. Yo tengo como esa cosa del valor de tu tiempo. Todas las cosas que hago para la Lule, la tapa y todo eso, lo pinto a mano. Me gusta tener el objeto, en ese objeto veo justificado todo el tiempo que perdí, lo mismo con las historietas, trato de hacer todo a mano.

De todas las cosas que hiciste, ¿de cuáles estás más orgulloso y que cosa harías de nuevo?

No volvería a hacer los laburos que hice para afuera. No haría todo el laburo esclavo de historieta que hice, no me llevo a nada ni me hizo ganar nada, solo subsistir en un momento. Eso no lo volvería a hacer por nada del mundo. Y después yo soy muy crítico, yo soy el que más palos se da personalmente con la obra. Muchas cosas de Lule las reharía de nuevo, casi todo. Lo que más me gusta es lo último que hice y siento que durante mucho tiempo me avoque a lo que era la imagen, quizás al dibujo, que era de donde yo venía y de la experiencia que tenia, y no tanto en contar historias. Creo que a veces no es necesario un buen dibujo, si un dibujo consiente. Lo más importante es poder contar una buena historia. Creo que en toda la etapa de Lule y toda la historia de Lule, fallo en ese punto. Fue un poco lo que me puse ahora como meta. Es muy difícil no querer meter cosas con el dibujo, uno a veces se tienta, pero creo que en esta etapa y en este libro lo que hice fue un poco manejar ese impulso y priorizar lo otro. Y si, lo que más me identifica es la Lule. Quizás lo que más cuesta es la historieta, no me considero dibujante de historieta sino dibujante a secas, que hace un esfuerzo enorme para hacer historieta. Me cuesta muchísimo cada vez que tengo que hacer una historieta, no sé, de 10 páginas utilizo 300 páginas de bocetos. Porque también carezco de una estructura literaria, o de escritura, entonces siempre doy muchas vueltas con eso. Cada historieta trato de que sea como una composición uniforme, lo agarro de distintos ámbitos desde lo musical a veces, como componerlo con distintos momentos. Muchos de mis trabajos de historietista los haría de nuevo.

Muchas gracias.-


*esta entrevista se publico originalmente en el número 2 de la Revista Digital Noviembre, en Noviembre de 2011.