domingo, 18 de noviembre de 2012

Las prisiones de la memoria

Parece que la historia debe quedar congelada, petrificada en un preciso momento. Aquel que deje nuestras conciencias mas tranquilas. Y permanezca sin alterar, al poder establecido, al terror pasado, a la justicia ausente. Un momento que nos diga que la lucha terminó, que la justicia fue alcanzada y que ahora no queda más por hacer. Gigantesco encierro para historia, trágica prisión de la memoria. Hace unos días escuche a Eliachef. En su programa en Mitre (radio del grupo Clarín), en una suerte de editorial hablaba indignado, y ofendido criticaba “la tergiversación histórica del KIrcherismo” esa manera de cambiar la historia de omitir hechos gloriosos, de apropiarse de los grandes acontecimientos ajenos para hacer política. Se refería al Nunca Mas y esgrimía un argumento viejo ya usado por nuestro amado y reaccionario Lanata para decir lo mismo “rescribieron el prologo del nunca mas” gritaba Lanata en un ademan de furia, ironía y bronca, haciéndonos creer, que en el atropello peronista, el Kirchnerismo no había tenido el mas mínimo respeto por nada. Cosa por cierto falsa, en las nuevas ediciones del nunca mas se encuentra inalterado el mismo prologo escrito por Sabato sin firma como en la edición original. Lo que hay de nuevo, es un prologo mas. Como se acostumbra hacer en las rediciones de todos los documentos históricos, cuando pasa el tiempo. Es que los documentos históricos ameritan siempre una contextualización. Porque el tiempo pasa y con el tiempo pasan cosas.




Resulta que Magdalena Guiñazu (que integro la CANADEP) había advertido que una nueva edición no tenia la firma del Sabato en el prologo y estaba indignada por que veía en eso una clara señal de tergiversación ideológica y política. Eliaschef señalaba que ese prologo –como ya dijimos- en ninguna edición tuvo la firma de Sabato, todos sabíamos que lo escribió el, pero no había firma. Hizo varios comentarios sobre la dimensión social y política de la CONADEP Primero y del informe final que fue el Nunca Más después, presentado en septiembre de 1984. Presidida por sábado, la CONADEP estaba conformada por 13 personas, había Ingenieros, académicos, Periodistas, médicos, tan solo tres políticos, que nos destaca Eliaschef, eran radicales. Remarca Eliaschef, Ningún peronista, ningún sindicalista. Ningún jurista de renombre, podríamos agregar.




En el prologo escrito por Sabato, que repito, nunca llevo Firma, lo ha confirmado Eudeba y se puede verificar en cualquier edición original. Sabato decía que en respuesta a los grupos guerrilleros “las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido, porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el poderío y la impunidad del Estado absoluto, secuestrando, torturando y asesinando a miles de seres humanos.” Ante la acusación de parcialidad que desde los mandos militares se dirigió hacia la CONADEP Sabato respondía “Se nos ha acusado, en fin, de denunciar sólo una parte de los hechos sangrientos que sufrió nuestra nación en los últimos tiempos, silenciando los que cometió el terrorismo que precedió a marzo de 1976, y hasta, de alguna manera, hacer de ellos una tortuosa exaltación. Por el contrario, nuestra Comisión ha repudiado siempre aquel terror, y lo repetimos una vez más en estas mismas páginas. Nuestra misión no era la de investigar sus crímenes sino estrictamente la suerte corrida por los desaparecidos, cualesquiera que fueran, proviniesen de uno o de otro lado de la violencia. Los familiares de las víctimas del terrorismo anterior no lo hicieron, seguramente, porque ese terror produjo muertes, no desaparecidos.” Comenta sábado que de la investigación llevada a cabo se pueden constatar cerca de 9.000 desaparecidos pero “tenemos todas las razones para suponer una cifra más alta, porque muchas familias vacilaron en denunciar los secuestros por temor a represalias. Y aun vacilan, por temor a un resurgimiento de estas fuerzas del mal.” La comisión tuvo 280 días para elaborar el informe. El gobierno de Alfonsin precisaba que el primer paso hacia el proceso de justicia llegase lo mas rápido posible, las presiones para interrumpirlo eran muy fuertes. El informe no fue completo y se entendía que el proceso de justicia debía seguir. Concluye Sabado que “después de haber recibido varios miles de declaraciones y testimonios, de haber verificado o determinado la existencia de cientos de lugares clandestinos de detención y de acumular más de cincuenta mil páginas documentales, tenemos la certidumbre de que la dictadura militar produjo la más grande tragedia de nuestra historia, y la más salvaje.”




La Conadep constituyo el testimonio documental necesario para iniciar el juicio a las juntas, que es sin duda el acontecimiento social y político mas importante de nuestra historia reciente. Eliaschef decía, que en la apropiación Kirchnerista, en su tergiversación histórica, se negaba la violencia que el gobierno peronista había llevado a cabo antes de la dictadura. Nótese que a eso le podemos responder con las palabras del mismo Sabato ya que “ese terror genero muertes, no desaparecidos” Nótese además, que el argumento de Eliaschef coincide con los argumento de los mandos militares para interrumpir y desautorizar el juicio.

Los Hombres del Juicio



“Una mañana de otoño de 2010 el (Ex) juez Ricardo Gil Lavedra citó al periodista Pepe Eliaschev en su estudio en la avenida Santa Fe. Ex integrante de la Cámara Federal que juzgó a las juntas militares en 1985, quería confiarle al periodista un proyecto.” Se trataba de contar la historia de los hombres del juicio, de los jueces, camaristas y fiscales que aceptaron la dura tarea de enjuiciar a los mandos militares. Es sin duda una historia interesante, las presiones no fueron pocas. Muchos funcionarios judiciales se negaron a participar del juicio. En el libro de eliaschef se cuenta que dentro del ámbito judicial los hombres del juicio eran tratados “como locos” se les pedia que desistan. El libro fue publicado por sudamericana hace algunos años.


En Tiempo Argentino Rodolfo Yanzon sostiene que el libro “Confunde reiteradamente "terrorismo" y "guerrilla", omite el rol de los organismos de Derechos Humanos y reivindica a Julio Strassera, que se olvidó de algunos habeas corpus durante la dictadura” Debo defender a Eliaschef ya que esta objeción me resulta sumamente criticable, no se debe evaluar las acciones de strassera ni de nadie en función de SUS acciones anteriores. Eso constituye el contexto personal de Strassera como individuo. Sirve de muy poco esa información para entender el proceso social. Las acciones deben ser medidas en el contexto mismo en que se producen. Y dentro del contexto de tensión de 1985, donde el régimen militar no estaba vencido, pero se pretendía juzgarlo, la acción de Strassera y de todos los hombres del juicio adquiere un valor y una importancia que opaca cualquier objeción sobre las personas.
Una reflexión interesante es que ninguno de los jueces, camarista y fiscales del juicio a las juntas ha hecho carrera en el poder judicial. Es curioso que el haber participado del hecho jurídico mas importante de nuestra historia, no haya significado para ninguno de ellos el merito suficiente para escalar en el mundo judicial. La corporación judicial no vio en ellos un referente sino un enemigo al que era preciso alejar. Aislar. Ninguno llego a ser juez de la corte suprema de justicia. Ninguno, de hecho, sigue siendo juez. Todos renunciaron al poco tiempo de realizado el juicio.

27 años después


El problema de Eliaschef y que motiva estas palabras es que en su perorata anti-k en su búsqueda de tergiversadores, es el quien termina tergiversando. Y es que en su relato de objeción ante el segundo prologo se olvida que pasaron 27 años. Y que en esos 27 años pasaron muchas cosas que ameritan una nueva contextualización. Se descubrió que el numero de desaparecidos ascendía a casi 30.000. En 1986 las presiones militares y de grupos de ultraderecha forzaron a la sanción de la ley de punto final, que impedía continuar con el proceso de justicia iniciado por la CONADEP. La ley dictaminaba que "se extinguirá la acción penal contra toda persona que hubiere cometido delitos vinculados a la instauración de formas violentas de acción política hasta el 10 de diciembre de 1983" es decir no más juicios a militares, torturadores, y secuestradores. Mas tarde en 1987 tras un levantamiento militar el gobierno radical (ahora de acuerdo con el resto de la clase política y judicial) promulga la ley de Obediencia debida que sostiene que ningún subalterno que haya participado de la represión puede ser juzgado por ello. Finalmente El gobierno de Menem (ahora peronista) indulta en 1989 y 1990 a todos las personas que fueron condenadas en el juicio a las juntas. Es decir, una gigantesca marcha atrás para todo el proceso de justicia iniciado en 1983. Las filiaciones partidarias de los gobiernos que promulgaron esas leyes de impunidad dicen muy poco sobre el proceso. Lo que vemos es una clase política cediendo ante las presiones de los ingenieros del terror. O estableciendo, en el caso de Menem siniestras alianzas con esos sectores. Y no vemos a los jueces, al resto de los jueces, a todo el poder judicial defendiendo lo que deben defender: La justicia. La década del 90 fue la década de la lucha contra la impunidad, de los escraches contra represores, que en algunos casos, habiendo sido juzgados, estaban libres. Pero Eliaschef omite todo eso, afilia al Kirchenrismo con un peronismo anterior al golpe, un peronismo violento y guerrillero, lo relaciona hipócritamente con la triple A. Queda fuera de análisis las tensiones políticas y económicas de los grupos relacionados a la dictadura. Entre los cuales se encuentra, por ejemplo, el grupo Clarín. Como no ve el punto final y la obediencia debida, no puede valorar su derogación en el año 2003. Tampoco ve el proceso de los Juicios de la Verdad, la acción del Cels y las madres de plaza de mayo, la agrupación HIJOS. Quedan fuera, enteros, esos 27 años. La historia, parece, debe quedar congelada en 1985. En el juicio. Así no vemos la impunidad que lo borro todo. Y mucho menos los nuevos avances hacia la justicia. Si el Kirchnerismo tergiversa la historia, Eliaschef la oculta. Y eso también es una forma de tergiversación.