domingo, 27 de diciembre de 2015

El día que el shopping capturó al cine

Hubo una época en la que todo moría. Una década oscura en la que todos los días nos despertábamos con una nueva muerte. El inexorable paso del tiempo, más inexorable que nunca se llevaba todo lo que había. Y el sentido común, comúnmente acomodado al discurso dominante nos decía que se trataba del curso natural de las cosas. Que la nueva era al llegar desechaba lo viejo, lo inservible, lo inútil. Todo lo que moría, lo hacía por viejo, por pertenecer al pasado. Era tiempo del presente. Y en el presente ya no había lugar para nada mas, solo lo nuevo, que siempre, durante aquella década oscura, siempre venia de afuera.Así fue que un día: se murió el cine. Pero no el cine argentino, ni el hecho de filmar películas. No el cine como producto. El cine como espacio físico, el lugar ese donde veíamos películas. De pronto los cines empezaron a cerrar. Uno a uno. Los barrios se fueron quedando sin cines. Y el sentido común nos dijo, como no iba a ser de otro modo, que se trataba del tiempo. Que había llegado la televisión, video, el cable…y para que iba a ir la gente al cine si podía ver las películas en sus casas. Y entonces, cuando el tiempo parecía ganar la batalla apareció el shopping. Y ahora pensamos que fue el shopping quien salvo al cine. Pero con el alto costo de convertirlo en mercancía, de ubicarlo al lado del local de ropa. Pero el cine ya era mercancía de antes, ya se ubicaba al lado de comercios, ya antes había que pagar entrada, ya de antes respondía a lógicas de mercado. El shopping no mercantilizo al cine, eso (si sucedió) ya había pasado antes. Lo nuevo es la compleja red de intereses que capturo al cine.

El documental “Imágenes del tío Sam” (2012)de Daniel Stefanello ofrece unas cuantas pistas sobre lo que paso. Sigue el derrotero de la ley de medios, pero pensándola desde la óptica del producción de cine. Y se pregunta cuánto han influido los medios en la decadencia del cine nacional. Pero la mirada de Stefanello no se queda ahí, va mucho más allá, y llega a descifrar algo, sino mucho, del funcionamiento global de Hollywood. La manera en que ha construido posiciones dominantes en todos los mercados. Como ha hecho para cooptar distribuidoras, manejar la cantidad de copias, gestionar derechos, en síntesis, como ha hecho para ser el productor excluyente del entretenimiento del mundo. Y la nota curiosa es que justo cuando a todas luces, según el discurso dominante, el cine estaba en profunda crisis, es cuando mayores ganancias ha obtenido, cundo se convirtió en la tercer industria de EE UU. Cuando por primera vez en la historia casi todas las películas de Hollywood se estrenan en simultáneo en infinidad de países. Es decir un mismo producto se comercializa en miles de mercados al mismo tiempo. Para que esto sea posible es necesario tener una posición dominante en términos logísticos inimaginable pocas décadas antes. Y esta posición fue posible solo luego de intervenir y desguazar todos los mercados locales. Esa es la historia del final de los cines de barrio.

Para esto hay dos elementos centrales, las distribuidoras y las pantallas. En ambos casos la monopolización es alarmante, Según Datos relevados por SICA (sindicato de la industria cinematográfica argentina) y publicados en DEISICA para el año 2012de 11 distribuidoras que hay en argentina 7 pertenecen a los estudios de Hollywood(Disney; Fox; Warner Bros; Sony Columbia Tristar Films). Señala el informe “En total, las distribuidoras de origenforáneo acapararon poco más de mil millones de pesos recaudados durante el período comprendido entre los meses de enero y diciembre de 2012, y United International Pictures se quedó, durante el transcurso del año, con el 32,78% de las recaudaciones logradas por estas distribuidoras”. Y en cuanto a las pantallas se contaban 827 en 262 salas. Y aquí la copia es un determinante, por ejemplo una película norteamericana se estrena con un promedio de 66.70 copias mientras que una película argentina con 17.36. Para 2012 se estrenaron 117 películas norteamericanas con 7.804 copias y 136 películas nacionales con 1908 copias en total. Se ha celebrado el alza en el número de películas, que ha superado la cantidad de estrenos de Hollywood pero frente a la realidad de las copias podemos advertir que estos estrenos se ubicaron fuera del circuito comercial.El cine argentino se produce pero no se comercializa.


No hay copia


Y es precisamente el control de las copias lo que contribuyó a destruir los cines de barrio. El cine Astro, cerro en 2010 poco tiempo antes su dueño fue entrevistado para documental de Stefanello, allí contaba cómo paso de tener varias salas de cine a tener una sola, y decía “yo soy un boludo,debí cerrar cuando abrió el primer shopping”. Luego se entrevista a un empleado del cine y cuenta que cuando se estrenaban películas taquilleras, es decir promocionadas en los medios, películas que garantizarían público, y el cine Astro pedía copia para poder proyectar, las respuestas de las distribuidoras era “no hay copia” y le terminaban dando algún otro título menos difundido, menos taquillero. Así el público masivo que iba al cine, no teníamás remedio que ir al shopping. El objeto de interés que llevaba al público a los cines de barrio, se ubicó en otro lugar. Fue capturado por el shopping. En la película de Stefanello se cuenta además que al principio de la historia,Hollywood diseño estrategias de seducción para ganar la simpatía de los cines locales, ahora en cambio, las mismas distribuidoras que los sedujeronlos terminaban desechando.Es que las distribuidoras tenían ya sus propios cines. El haber apostado por el cine extranjero, impidiendo el desarrollo del cine local (es decir a un socio comercial capaz de disputar con Hollywood), contribuyó a la inevitable caída.
Según los Datos de SICA en el año 2012 asistieron al cine 46.386.556 personas de las cuales 37.747.167 fueron espectadores de películas norteamericanas mientras que apenas 4.347.481 fueron a ver películas argentinas. Y el 60% de las pantallas corresponden a multicines (en general ubicados en shoppings) es decir que más de 23 millones de personas fueron al shopping (obligados) solo para ver películas.Y el monopolio de los multicines es tal que en argentina (según DEISICA) hay solo 7 cadenas. (Hoyts, Cinemark, Cinemacenter, Lumiere, Showcase, Sunstar, Village) En otras palabras, deberíamos preguntarnos si fue el shopping el salvo al cine o si fue el cine el que hizo rentable al shopping.

La expansión Horizontal y los espacios INCAA

Cuando una empresa avanza sobre los distintos puntos de la línea de producción, llegando al control de cada componente y alcanza también el sector comercial, se habla deexpansión horizontal. Se tiene entonces el control de la producción y de la comercialización. Algo de eso ha pasado con el cine. Las grandes productoras norteamericanas participan en los paquetes accionarios de las cadenas de cine, con lo que tienen también el control estratégico de la exhibición, ya habían llegado antes al control de la distribución, ya antes eran dueños de las copias para decir “no hay copia” ahora son también dueños de las salas para decir “no hay salas”. Así el cine argentino se fue quedando primero sin copia y luego sin sala. No es casual que la última estrategia del cine argentino se dirige hacia la construcción de un circuito de pantallas disponibles, recuperando algunos espacios que antes ocupaban los cines de barrio. Es la historia de la red de espacios INCAA. Que resulta de un programa iniciado en 2004, mediante el cual se han reabierto o reequipado salas en todos el país, llegando en 2013 a contar con 43 espacios, conformado todo un circuito paralelo de cine. El problema ha sido recuperar el interés del público, que “no asiste a las proyecciones”.

En un trabajo presentado en el IV Congreso Argentino de Cultura del año 2013, Lucas Santillán sostiene que el tema pasa por la necesidad de generar un “cambio cultural” algo que modifique los “hábitos y costumbres en el consumo de los bienes culturales” para ello sería preciso llevar adelante “acciones de comunicación y marketing cultural”Santillán plantea que la red de los espacios INCAA debe funcionar también como una red de comunicación que difunda una nueva manera de concebir la experiencia cinematográfica;se trataría de pasar de “difundir películas a comunicar una política cultural; de vender entradas de cine a convocar a vivenciar y compartir una experiencia. Es en este camino que el cine podrá recuperar su lugar de sociabilidad y construcción de identidad.” La lección de los espacios INCAA es que no alcanza con disputar las posiciones económicas hay que disputar también las posiciones culturales, a través de la crítica hacia el discurso dominante, aquel que para matar al cine argentino nos dijo que el cine entero había muerto.Y la posibilidad de la batalla de los argumentos depende esencialmente de la posibilidad de poder enunciarlos. De nuevo el documental de Stefanello nos vuelve a decir algo importante cuando se pregunta qué tiene que ver la ley de medios con el cine argentino.


Una versión de este articulo fue publicado en la revista Hamartia Nº14 de Septiembre de 2014. Hay una copia de prensa que puede verse online en este Link