domingo, 20 de mayo de 2012

Sobre los festivales y la subjetividad

La música de los redondos y el espectáculo social que la envuelve ha generado un particular interés en periodistas y algunos investigadores. Por lo general estos textos abordan sorprendidos el espectáculo social, las tribus Ricoteras que recorren el país, tras la experiencia musical. Se habla entonces de la mística de los show, de los redondos primero, y del indio después. Multitudes de pibes, en miles de micros copando ciudades enteras, experiencias producidas por unas manifestaciones musicales cuyos significados se nos presentan intencionalmente opacos. Eso pasa por ejemplo en el libro de Jorge Boimvaser (A brillar, mi amor. Sudamericana 2006) donde entre apelaciones constantes a referencias religiosas “la procesión de la feligresía Ricotera” (35) las “misas paganas” (222) mas que dilucidar un fenómeno religioso, lo termina construyendo. Donde suceden fenómenos sociales, Boimvaser ve acontecimientos religiosos.


Respecto a las letras, desafía los diagnósticos de inconsistencias, pero propone argumentos extraños. Analiza lo que las letras producen en el publico, lo que la música genera en la gente, que el Indio mismo llego a definir como los desangelados, los excluidos. “Las letras de los redondos-algunas entendibles a primera lectura, otras dotadas de perfiles de composición subterráneos-, a esos chicos les producen emociones profundas que vale calificar como estados de éxtasis y conmociones espirituales similares a las experimentadas en situaciones a adoración religiosa” (…)“mas adelante se explicara como reacciona la maquinaria cerebral ante determinados impulsos lingüísticos, llegando a producir fenómenos de reconocimiento intelectual aun en personas de limitado nivel cultural”(99) Aquí parece prometer una investigación sobre las capacidades cognitivas de los chicos pobres, que por supuesto, nunca llega a presentar. Para terminar concluyendo sobre la opacidad de los significados que “si los relatos cantados asumieran multiplicidad de secuencias genéricas, lo mas probable es que el planteo comunicacional básico de los Redondos (…) quedaría diluido en una maraña de ingredientes bifurcados. Si así fuera, el objetivo primordial del mensaje precisaría de un decodificador de sensibilidades dialécticas para traducir comprensivamente cuales resultan los emergentes primarios y secundarios contenidos en el conjunto de la obra” (199) Mas allá de ese misterioso decodificador de sensibilidades dialécticas, el tema es la apropiación critica de mensajes y significados. Y principalmente, con que herramientas contamos para llevar a cabo esa apropiación. Y pensar que esa opacidad de significados en las letras es más construida que real. En este lugar nos encontramos un festival de subjetividad. Donde cada letra tiene una interpretación personal, una interpretación única e irrepetible por cada escucha. Propiciada por esos “impulsos lingüísticos”, y su carácter religioso la vuelve indiscutible. Las letras, nos dicen “se sienten”. Las referencias filosóficas, sociales y políticas parecen no importar, la contextualización del autor y la obra, tampoco. La capacidad de un autor de contener y definir un abanico de significados posibles de su obra, pasa también a segundo plano. Es una hermenéutica carente de herramientas. No nos importa tanto que quiso decir el autor, sino lo que nosotros queremos que diga. Nuestra voz metida en el texto, subjetivándolo, trastornándolo. Y si no precisamos herramientas para alcanzar la compresión, es porque todas las comprensiones valen lo mismo. Es la victoria de la ignorancia por sobre el conocimiento. La metáfora religiosa puede tomar otro valor, dios nunca hablo a los hombres, son los hombres los que hablaron por el.

3 comentarios:

Lord Felix dijo...

Siempre me pareció demasiado exagerado pensar en Patricio Rey como en un Dios y al Indio como su principal sacerdote. La realidad es que lo que a la gente le entra por los Redondos es la música que hace. En primera medida porque es distinto a lo que se acostumbra a escuchar acá: (Leon Gieco cantando "Solo le pido a Dios", Toda la rolingada que suena siempre igual (si, despectivamente hablando) o en el otro extremo, el Metal en constante crecimiento.

Lo de las letras es tan cierto como personas que escuchan los redondos, hay miles y unas interpretaciones de las letras al repecto, pero lo cierto es que a muchos definitivamente parece no importarles y cuando cantan quieren hacerlo lo más parecido al Indio. He visto muchas veces en mi barrio -San Francisco, Morón sur, bien ricotero- discutir en las esquinas sobre las letras de los redondos con la cerveza pasando de mano en mano. Y a veces me preguntaba si lo que yo entendía al respecto era correcto o no. Pero a fin de cuentas incluso todo depende de hasta el estado de ánimo para interpretarlas. Es como ver Evangelion. La ves y entendés una cosa, la volvés a ver y a eso, le sumaste una nueva impresión que complementa la anterior.

Es lo que muchas veces es que terminan siendo demasiado extremistas con el fanatismo y todo se resume a una frase: "El problema no es Dios, sinó sus fanáticos"

Yo escucho Los Redondos desde los 6/7 años por influencia de mis primos y tíos. No creo que una persona de esa edad tenga la capacidad cognitiva como para incluso saber a qué se refiere con la frase "es una línea, otra línea y otra línea más." Sinceramente gusta como suena, como canta y como lleva los sentidos al máximo posible. hace poco terminé entendiendo "El Arte del Buen Comer" y era porque ya venía con el piloto automático en escucharlo y simplemente hacer el karaoke y disfrutar de la deliciosa música que hacen.

Aguante Los Redondos.

Ricardo De Luca dijo...

No me parece mal que los pibes se junten, cerveza mediante, a discutir una letra de los redondo. Es mas, es una de las cosas mas positivas que puede llegar a pasar, que los pibes discutan, razonen, argumenten. Lo que veo es como se van cerrando las posibilidades de esas argumentaciones, de esos pensamientos. Hay argumentos que no permiten seguir pensando. Una hermenéutica sin herramientas, que renuncia a conocer la verdad de las cosas por la contemplación de la subjetividad. Todas las explicaciones son subjetivas, pero algunas se aproximan más a la verdad.
Gracias por leer, Fernando.

oenlao dijo...

Esto(y la de orgrund)tendria que leerlo despacio y en papel.

Es un tema interesante para pensar...

¿que entienden para fanatizarse de esa forma?

Seguramente no estan tan errados ya que los redondos escriben por o para ellos...o eso es lo que tratan de mostrar (y/o ocultar).