sábado, 30 de abril de 2016

Entrevista Tres Dibujos (21/01/2012)

Todo empezó cuando Andrés Doti puso un aviso en internet ofreciéndose como “guitarrista equipado”. Así fue contactado por Leandro Gillig (bajo) y Maximiliano Kerk (batería), que cuando lo escucharon cantar le dijeron “cantá y tocá la viola”. Este año, Tres Dibujos va a cumplir diez años de trayectoria, y Leandro sentencia “somos laburadores del rock, el rock que no se ve tal vez”. Poco tiempo después de formarse, en 2002, grabaron su primer demo; en 2005 grabaron en forma independiente su primer disco, “Preguntas al Revés”, y en 2010 llegó el momento del segundo, “De frente”. A lo largo de toda su trayectoria, Tres Dibujos no sólo se ha construido un lugar sino también una filosofía
(“hay un error de pensar que el rock es vivir en California, con una camioneta y una tabla de surf”), y opinan, con la reflexiva mirada que da la experiencia, sobre los lugares para tocar, sobre los contextos donde tocar, y sobre cómo se interviene también con pequeñas cosas: “aprendimos algo, que es a respetar los contextos si a vos te dejan hacer tu movida sin tener que hacer cosas que no te gustan. Son pequeñas cosas, tener un buen trato con gente que hace bien las cosas, que te recibe bien, que te da la posibilidad de mostrar lo tuyo. Primero respetá, después si es una buena persona te va a respetar.”

Cuente cada uno cómo es su relación con la música, cómo empezó.


Leandro: en verdad me pasó lo que es síndrome del bajista de rock, que es “alguien tiene que tocar el bajo”. Y en un grupo de amigos, tenía diecisiete años, decidimos armar una banda. Faltaba un bajista. Es un instrumento que de entrada no llama a mucho la atención, el bajo es como ir al arco. Y nada, dije “bueno, me lo compro”. Compré el bajo y descubrí que bueno, que me estaba esperando. Era lo mío. Encontré un montón de cosas, descubrí un montón de música y tengo una relación muy especial. La verdad que encontré un instrumento a partir de ahí.
Igual creo que la música está en uno, después cómo vos la saques, tocando el bajo o golpeando la pared, es casi lo mismo. Siempre hay algún instrumento con el cual tenés más afinidad. Ni bien me compré el bajo empecé a estudiar, desde los diecisiete años. Siempre con un profesor, estudié con otros profesores con los que duré poco, algunos de renombre, pero que nada más que eso. Y después tuve la conducta siempre de estudiar solo, aparte de que doy clases, entonces tengo una conducta de tratar de estar siempre… No dejar oxidar algunas técnicas.

Maximiliano: mi primer contacto, cuando quise tocar la batería, fue cuando vi el primer show de los Guns N’ Roses en Argentina, ahí dije “quiero ser baterista”. Llegué de esa semana, junté un par de tachos de helado y me armé una batería con eso, era muy pibe. Así empecé hasta que pasaron los años y un amigo se compró una batería. Nos juntábamos en la casa de ese pibe y estaba la batería: hacíamos un quilombo bárbaro ahí adentro. Hasta que el chabón, medio que los padres se la querían sacar y la llevó a mi casa. Y hacíamos quilombo en mi casa. Hasta que después se la compré y por un vecino de enfrente de la casa de mis viejos que resultó ser cuñado de Sebastián Cardero [baterista de Los Piojos] empecé a estudiar con él. Hubo un tiempo que dejé. Volví hace poco y estoy estudiando con Jorge Araujo.

Andrés: yo empecé, en realidad, tocando la armónica (risas). En serio. ¿De qué se ríen, boludos? Tocaba la armónica. Pero siempre me gustó la guitarra. Me hubiera gustado tocar la guitarra de más pendejo. A los dieciocho años me compré una guitarra, no sabía hacer nada y empecé. Y la verdad es que estudié muy poco, soy muy vago con el estudio. Es una gran deuda pendiente que tengo en mi vida, estudiar música. Pero bueno, ahí estoy. Todavía sigo aprendiendo un montón de cosas y también eso me gusta mucho porque no me agoto del instrumento, digamos. Me gustaría ser un mejor violero, pero también veo mucho violero que toca mejor que yo que no aporta nada para su banda o la música que hacen. Entonces de última a mí la formula me resultó. Quiero decir, yo todos los días toco la guitarra en mi casa y tocando la guitarra aprendo. No sé nada de lectura, sé muy poco de escalas y cuestiones así, pero lo mío es más intuitivo. Tendría que haber estudiado, pero hace nueve años que toco en Tres Dibujos y acá está la banda. Y he recibido quejas en alguna otra época pero ya no las recibo. Y ahí estoy, todavía aprendiendo. Autodidacteando.

Leandro: es el Palermo de la banda.

¿Viven de la música?

Leandro: cada uno tiene su laburo, yo al dar clases pienso que sí, que me da de comer, tengo que hacer algunas cosas más y además laburo como músico en un par de bandas que me contratan en un bar, no es algo muy firme pero es lo que hay. Pero vivir de la música como quisiéramos, digamos que Tres Dibujos lo genere desde su música, la intención de decir “compongo una canción, le gusta a la gente”, y que le guste a la gente genere que yo no tenga que hacer otra cosa que… Sería lo mejor que nos puede pasar. Y ojalá, estamos tras eso. Ojalá algún día pase. Si no pasa bueno, no es una excusa para dejar de tocar.

¿Los discos cómo los grabaron, cómo fue la experiencia?

Leandro: el primer demo que grabamos, lo grabamos en un día. En una sala de ensayo y fue palo y palo. Cinco temas. El primer disco, lo grabamos en un estudio. Ahí fue donde Maxi empezó a chichonear con el sonido. Después se hizo cargo del próximo disco.

Maximiliano: en el primer disco también se tardó un poquito.

Andrés: pero porque no teníamos disponibilidad, nos daban unos horarios medio chotos y como laburábamos, viste, teníamos que grabar, no sé, de ocho a diez de la noche. Creo que lo grabamos en tres meses. Lo podríamos haber grabado en una semana, porque ya teníamos todo armado. Y ya para el segundo nos fuimos al carajo.

Maximiliano: el segundo lo grabamos en un estudio propio y bueno…

Andrés: un año. Y también con el disco el problema que hubo fue que lo compusimos mientras lo grabábamos. Entonces es como que cambiamos un montón de cosas sobre la marcha. Nos demoramos, o sea, el primer disco nos abrió como un montón de puertas para tocar en un montón de lugares y colgamos y no compusimos una mierda.
Cuando compusimos un par de temas, listo, quedaron ahí, después qué sé yo, fuimos a grabar un disco y teníamos como veinte canciones de las cuales tres eran de una época, cuatro eran de la otra. Era como que era un gran collage, teníamos un montón de canciones que no tenían letra, que no tenían armonía. Y él grababa los bajos y después iba y los cambiaba. Yo iba con la viola y cambiaba y este cambiaba. Y era todo como una gran mezcla. Después quedó un disco que a mi particularmente me gusta un montón.

Leandro: lo que se buscó está ahí.

¿Y cómo lo editaron?

Maximiliano: los dos fueron editados por la UMI (Unión de músicos independientes).

Leandro: pero todo en forma independiente, pagado por nosotros.

¿Qué relación tienen ustedes con la UMI?

Leandro: siempre contamos con la gente de la UMI porque nos parece gente bastante honesta y que realmente hace las cosas bien, que le da algo al músico y no es que pide a cambio mucho, sino que vos tengas un buen gesto y abones lo que corresponde y a cambio conseguís un montón de beneficios que nadie te da, y hay un montón de cosas que nosotros ni usamos. Podés hasta arreglarte una caries con la UMI, es como un sindicato. Si no hubiera sido por la UMI hubiera sido muy difícil. Nos sirvió muchísimo la UMI, es algo que le recomendamos a todas las bandas amigas. Que vayan porque te orientan mucho sobre ese tema.

¿Tuvieron diálogo con alguna discográfica?


Andrés: seriamente nunca tuvimos contacto. Nunca lo fuimos a buscar… No sabríamos ni qué hacer.

Leandro: por eso no vamos a triunfar. No sabemos qué hacer (risas).

Andrés: no sabemos ni a quién ir. O sea, si no lo sabíamos hace diez años atrás cuando se formó la banda, menos lo sabemos hoy.

¿El video cómo lo grabaron?

Leandro: bueno, nuestra prensa nos pidió que grabemos un video, cosa que nos pareció piola. Entonces nos fuimos a San Eduardo, una locación que está antes de llegar a Miramar, a la casa de un amigo y dijimos “bueno, tratemos de demostrar lo que es la banda”. Grabamos en una ruta que hay ahí. Grabamos con los recursos que teníamos, la filosofía Sumo, de hacer con lo que hay. Y estuvo bueno, una linda experiencia.

¿Cómo es eso de la prensa?


Leandro: nosotros trabajamos con una prensa, que es un factor determinante, en algún punto. No estamos hablando de un éxito masivo sino de un reconocimiento frente a lo que hacés y está bueno saber que es expuesto en otros lugares, nos llevó a que aparezcamos en televisión, en revistas, que nuestras fechas salgan en el Sí.

¿Sería como una representante?


Andrés: es una prensa, es una mina que lo que hace, sobre todo, es como planes de trabajo. Nosotros como que queríamos que el disco “De frente” llegara a más lugares de los que había llegado el primero, o fundamentalmente que más gente se enterase de que la banda existe. Bueno, ella te arma un plan de laburo y distribuye discos por todos lados, lugares donde realmente nosotros no podríamos llegar. Y así empiezan a aparecer notas en la radio. Lo que hace ella es eso fundamentalmente. No te consigue fechas. No es que te negocia nada, te hace llegar a una serie de medios para que te contacten y de repente te hagan una nota.

Leandro: lo mejor es lograr un buen producto a nivel disco. No arrancar y al año tener una prensa fuerte, porque no estás preparado y el primer tiro que pegás le va a pifiar. Tenés que estar bien parado, tener muchos kilómetros encima. Y nosotros sentimos que era un paso que queríamos dar, nos salió una guita que estuvo bien invertida.

¿Cómo componen?


Leandro: el método que estamos usando ahora que estamos componiendo es “tengo un riff”, pum, lo tocamos, y ahora vamos acá y vamos allá y vemos lo que se va generando entre los tres. O puede pasar que él, Andrés, o yo vengamos con una letra, con una melodía armada y decir “bueno, es así”, y empezar a laburarla, pero no hay un método. Los que componemos más que nada, lo que son las letras y las melos, somos Andrés y yo. Después el tema va tomando forma en la sala, en la cabeza de cada uno. A veces viene todo armado, capaz que viene él (Andrés) con todo el tema armado.

¿Y cómo es cuando sale todo un tema armado?

Andrés: yo toco mucho la viola en casa. Son muy pocas las cosas que me han salido así, así armadas. Casi todo nace de algún riff o alguna vuelta de acordes o lo que sea y armás la estructura, la melodía y la armonía y qué sé yo.
Generalmente son las melodías lo que a nosotros nos define los temas, por ahí tenés una letra pero si no está la melodía la letra no te lleva a ningún lado. Cuando le pegamos a la melodía de un tema es donde realmente armamos la canción. Ahí está el toque, cuando podemos armar la melodía del tema, que es magia, no sé, no te puedo decir. Y muchas veces nos pasa que él trae una melodía y está buenísima y yo le digo “che, ese es igual a un tema de tal” y él nunca lo escuchó en su puta vida, y lo mismo me pasa a mí.

¿Y las letras?

Leandro: cada uno tiene su vuelo propio. A mí me gusta escribir con un tema ya compuesto, cuando ya está todo ya armado. Me gusta hablar sobre algunas cosas sociales pero con una vueltita de rosca. También tengo temas de cosas que me pasaron a mí. Ahora estamos componiendo un tema nuevo al que le puse “Santo al revés”; quería hablar un poco sobre cuántas cosas mueven a un país o a una sociedad que no se ven, o sea se ve la boludez

Andrés: somos como hijos de esa música que algo decía, ese rock de los 90 de acá. Más allá de que escuchamos un montón de bandas internacionales, pero ninguno de los tres habla inglés fluido como para entender realmente qué dicen las bandas que nos gustan cuando están cantando. Y nos encanta AC/DC pero creo que no quisiéramos entender mucho lo que dicen porque diríamos “qué banda de mierda” (risas). “Nena sacudime toda la noche, nena sacudime toda la noche”… Como que el rock nacional siempre fue más de letra, ¿no? A mí particularmente me cuesta mucho escribir una letra como frívola, ¿viste? Siempre trato de que, no te voy a decir que haya un mensaje porque qué mensaje le puedo dar yo a la gente, pero de que haya como un contenido.

¿Cuántas veces tocaron en vivo? ¿Cómo es la movida?


Leandro: estamos tocando un promedio de entre una y dos veces por mes seguro. A veces más. Ahora vamos a tocar en el Marquee en junio, que es un lugar que siempre quisimos. Pero nos gusta tocar más que nada en el interior. Es otro palo, los lugares están más predispuestos, les gusta escuchar cosas nuevas, la gente está más atenta.

Andrés: y aparte te ayudan con unos mangos. Siempre te tiran unos mangos, ¿viste? Es rarísimo, porque vos vas a un bar en el interior donde la birra vale la mitad de lo que vale acá, el Fernet vale la mitad de lo que vale acá, donde va capaz que la mitad de gente que va a cualquiera de los bares donde se puede tocar acá, y los tipos te pagan. Y vas a tocar acá y los tipos te dicen que tenés que pagar para tocar. Entonces vos decís “¿pero cómo funciona esto?”. No ganamos un mango, pero te sentís súper respetado cuando vas. Sos un músico. Acá sos un goma, que les va a ocupar el lugar y no te llegues a pasar de los cuarenta minutos que te piden porque te cortan el sonido. Nosotros ya propusimos un montón de veces y hablamos con todo el mundo de eso de “no pagues por tocar”, pero todo el mundo lo sigue haciendo. Lo que siempre me llamó la atención es que las bandas grandes no salgan a decir nada, que ninguna banda de renombre salga a decir nada.
El tema de lo digital, Internet... ¿Cómo usa Tres Dibujos los medios digitales?

Leandro: a internet bien usada le podés sacar mucho jugo; mal usada, te va a usar ella a vos. Hay un juego que está planteado que es el de las redes sociales. Nosotros estamos, estamos en facebook, twitter, tenemos página web, saraza y todo eso. Porque es una forma de plantarte, otro de los aspectos de la banda, estar en internet porque hoy en día es un referente. Lo que antes era ir a Parque Rivadavia hoy es entrar a internet y buscarlo.

Andrés: pasa que te obliga, es como el celular. Te obliga. Si nosotros no estuviéramos en internet… A mí no me cabe facebook. Pero si vos como banda no tenés facebook no existís, ¿entedés? Eso es lo que digo. También es un arma de doble filo porque te obliga a entrar en un mundo en el capaz no tenés ganas.

Muchas gracias a todos.

Leandro: gracias a Ediciones Noviembre.

* La entrevista se publico originalmente en la revista Digital Noviembre, a principios de 2012. Corrección Maria Eugenia Alcatena. Fotos: Ernesto "Durazno" Gonzalez
Gentileza Tres Dibujos.

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