domingo, 16 de marzo de 2014

La vuelta de Dago.

De todos los personajes de Robin Wood, Dago siempre se destacó por ser el más inhumano, el más sanguinario. Dago no tiene bandera ni esperanza. Es un hombre al que le han arrebatado todo y solo posee la venganza que debe cumplir contra aquellos que destruyeron su vida. El paralelismo de Dago con el conde de Montecristo no es menor. La idea de la venganza como motor del relato, villanos que por envidia arruinan la vida de un hombre e incluso le arrebatan sus más íntimas conquistas. Tanto en el conde de Montecristo como en Dago, uno de los conspiradores se casa con la mujer del protagonista. Lo importante, la mayor coincidencia es que ambos personajes en la búsqueda de su objetivo, de su venganza, se van volviendo cada vez más inhumanos. Pero a diferencia de Edmundo Dantes que comienza su venganza encontrando un secreto tesoro en la isla de Montecristo, Dago sortea la conspiración convirtiéndose en esclavo y su travesía por el mundo árabe, su lucha contra la esclavitud donde encuentra tanta humanidad como miserias, lo transforma luego en un mercenario militar. “Saqueo de Roma” nos devuelve a uno de los personajes más importantes de la historieta argentina.
Se trata de tres libritos editados por Comic Ar que compilan en total 23 episodios de 12 páginas que fueron apareciendo en las revistas italianas donde la historieta se siguió publicando luego de que su casa original (la sexagenaria editorial Columba) haya cerrado allá por el 2000. Ya desde el 2000 Alberto Salinas había cedido los dibujos a Carlos Gomez mientras que los guiones permanecieron en manos del inagotable Robin Wood. Con este equipo creativo nos encontramos en esta saga. El tema central es la avanzada del imperio de Carlos V de España sobre la Roma del Papa Clemente VII. Avanzada que avizora la inevitable tragedia del saqueo. Dago integra el ejército invasor, compuesto por una amplia gama de personajes donde se destaca Enfedt, un fanático Luterano que quiere destruir en Roma al cristianismo entero. La Masacre que se avecina hace que Dago, el condestable de Borbón y Frunsdberg, que dirigen el ejército pero no pueden contener su sed de saqueo, articulen todo tipo de estrategias para evitarlo. Le piden al Papa un rescate para tranquilizar a los soldados y desviarlos. El Asunto no sale del todo bien y el ejército español al mando, ahora, de un Enfeld desbocado se dirige al inevitable saqueo. Ahí la historia se convierte en la resistencia de Dago y algunos leales a Roma contra el ejército español. Un batalla que se sabe perdida antes de empezar. Los dibujos de Gomez son por demás impecables, prolijos y muy narrativos y los guiones de Robin Wood cumplen con lo que siempre ofrecieron. Tramas complejas, contradicciones, buenos personajes secundarios.
Lo que por ahí me llama la atención es cierto carácter “moderno” en la escritura de Wood. Quiero decir, uno de los mayores méritos de Robin era como usaba y usa los bloques de textos, la voz en off. Como desde ahí iba dibujando con cierto lirismo, la textura de una situación. En estas historias en cambio, casi ni hay bloques de texto, la historia se cuenta desde los hechos y los diálogos. Siempre recuerdo que en una entrevista Wood dijo que el texto en la historieta es como la música en el cine. Es que el texto acompaña, enfoca, sugiere la situación, y en un caso más preciso; la interpretación. Una extraña moda hizo que la historieta reniegue de la palabra y su función poética. Y llegamos al punto de casi creer que una buena historieta, una “moderna historieta” es aquella que no usa más que las palabras que no puede evitar. Un desperdicio de leguaje, casi una represión. Eso es por ahí lo único que veo mal, o mejor dicho, que no me convence de estos episodios. Pero no opaca la buena noticia de que Dago haya vuelto al papel.

4 comentarios:

José A. García dijo...

Con Wood y Trillo tengo sentimientos encontrados, porque todo el mundo de la historieta (aunque seamos cada vez menos), dice que son guionistas geniales y, la verdad es que a mí me aburren sobremanera. No puedo leer más de dos capítulo seguidos de Nippur porque los diálogos y los textos me aburren a tal punto que si no me distraigo me duermo. Y con esto de Dago me pasó lo mismo. Ni que hablar de los números de 'Lo mejor de Robin Wood', que editó Columba en el ¿2001?, con Pablo Muñoz como editor, que son recomendables para una noche de insomnio, a la segunda página ya empezas a cabecear...

Con Trillo creo que lo único que leí de él, que si bien no es toda su obra es bastante, que puedo rescatar es Peregrino de las estrellas, que muchos consideran una obra menor (según esos foros en los que todos opinan escondiendo el nombre), y El último recreo; el resto de la obra me parece aburrida y repetitiva, sobre todo Yo vampiro que cada 3 páginas te repite todo otra vez, o Borderline donde pasa algo parecido, y Alvar Mayor que también es soporífero. Pero sigue estando entre los mejores guionistas que tuvo el país y eso es innegable, sólo que a veces se mira en los lugares incorrectos.

Pero son opiniones, y eso es lo más interesante.

Saludos.

J.

Julián Blas dijo...

Bueno, cabe preguntar entonces, ¿qué guionista argentino te gusta?, y también, ¿qué guionista, en general, te gusta?, José A. García. Es algo que me intriga.

No toda la obra de Trillo es buena, tampoco la de Robin, menos la de Oesterheld.
Lo que dice Ricardo es cierto, la simplificación de los textos de Robin... Pero es algo que ocurre desde hace tanto (los '90), que ya nadie lo nota (o lo lee).
También, esta lo otro, el ejército de fantasmas escribiendo a su nombre... hay que lavar los estilos para que todos se parezcan.

A mí me encantaba Amanda, la que dibujaba Falugi para Intervalo. Una vez vi un guión de Robin para Amanda, lo tenía que bocetear Szilagyi... Me sorprendió y me decepcionó, ver ese guión desnudo, sin indicaciones para el dibujante, con cuatro paneles por página, y una línea de texto por panel... Szilagyi me contó que él le agregaba viñetas para que la historieta no estuviese tan desnuda... Cosas de la producción en masa...
Una cosa más, Dago, como antes fue Nippur, son los productos más acabados de Robin, y digo productos y no obras, Robin es consciente de eso, y la editorial Aurea también. Y el que lo compra, debería saberlo. Si vas a buscar arte ahí estás muerto. Hay por lo menos 3 guionistas involucrados actualmente en la confección de las historias y más de 4 dibujantes; que el hecho artístico se suceda ahí, es una posibilidad en un millón.
Dago, por cuestiones de producción, se parece más a cualquier comicbook de la DC o Marvel, que a los Mitos de Chulthu del Viejo Breccia.

José A. García dijo...

Julián, es cierto lo que comentás sobre el tema de los escritores fantasmas, pero es cuestión también de los autores de tener un mínimo de respeto por aquellos que en definitiva le dan de comer, que son los lectores, y revisar el trabajo que tercerizan. De otro modo te encontrás con cosas completamente infumables.

Por otro lado, no dije que no me gustaran como guionistas, sino que no son la gran gloria que el resto del mundo cree principalmente por la presión de la comiqueando y los amigos de Trillo al respecto (que llegaron a insultarme desde el papel de 'anónimos' en el blog soretes azules, varias veces por opinar otra cosa); lo que digo es que hay que revisar qué es lo que realmente vale la pena y qué no en lugar de reeditar todo el material una y otra vez. De Trillo no dudo que habrá algo que así lo sea, de Wood, la mayor parte de su trabajo en Columba bien podría quedar en un sobrio segundo plano. Lo mismo que los trabajos de HGO, que en discurso actual se transformó casi en un intocable.

Pero, son cuestiones de gustos y opiniones.

Gracias Ricardo por el espacio.

J.

Ricardo De Luca dijo...

Me interesa un poco la idea de los escritores fantasmas. No se si la produccion en masa conduce a la poda de textos. Alejandro Dumas, por ejemplo, llego a escribir cerca de 60 novelas al mismo tiempo, con escritores fantasmas y el rsultado no eran novelas cortas. Puede que seab novelas malas, pero no cortas. La produccion de Columba tambien era industrial y sin embargo los textos abundaban. Yo creo en realidad que alguna moda madita nos hizo creer que la historieta es buena si reniega de su costado literario. Que el artem en historieta, se ubica unicamente en el dibujo, con lo cual la historieta se se convierte en una mera extension de la pintura. y no me parece casual que esta moda coincida con la caida de popularidad de la historieta. Casi al nivel de impopulardad que tiene, justamente, la pintura.

Por otro lado habria que discutir esa idea de que el arte solo puede resultar del universo de lo individual. Que de colectivos artisticos no pueden resultar producto artisticos. En una pelicula por ejemplo participa una enorme cantidad de gente. Artistas, con destrezas artisticas distintas, complementarias y a veces ni eso, y sin embargo a nadie le parece que el hecho artistico en el cine sea puramente excepcional, raro o imposible.

Saludos, y gracias por leer.