domingo, 22 de julio de 2012

La importancia de llamarse Nippur Magnum

Se ha escrito ya sobre la falta de metodología con que se suele abordar el caso de Editorial Columba en los, por ahora escasos, trabajos sobre historieta argentina. Un error común suele ser tomar como representativo de la editorial aquellos últimos años caracterizados por la crisis, por una política de reducción de costos, reimprimir historietas y tapas. Se dice entonces con cierta ingenuidad que “la estética de la editorial siempre tuvo aire a vieja.” (Gociol Y Rosemberg La historieta Argentina, una historia. De la Flor; 2003:47) y que “quizás haya sido una especie de influencia pop mal aplicada-o vaya a saber que otra cosa-que provocaba que los colores de los fondos como de los propios personajes, variaran cuadro a cuadro” (2003:46). Es curioso, donde estos autores ven influencias pop mal aplicadas, yo veo la tensión de una escuela de historieta que se hizo y se formo fuera del color frente a la decisión de publicar a color. De modernizar la publicaciones ante las nuevas posibilidades de impresión. Lo importante es que esa serie de confusiones crean aquí una imagen homogénea sobre 70 años publicaciones, que tuvieron distintas etapas y periodos. Columba tuvo su propio ritmo, su propia manera de entender la historieta y producirla. Y acomodarse frente al mercado. Donde la pieza clave siempre fueron las historias que se publicaban. Es decir, los guiones. Dice Morhain en el numero 2 de “Cine Portátil” de Septiembre de 2006 que, en Columba, “el guion era lo fuerte, te lo trabajaban te forzaban hasta sacar ideas y después se lo daba al dibujante. Y ni se calentaban en mirarlo a ver si estaba bien”. Con tensiones internas fue incorporando tecnología, temáticas, y un lenguaje cada vez mas preciso. Empezó a alejarse de la fotonovela y la novela ilustrada para arrimarse cada vez más a la historieta. Y el punto más alto de esta trayectoria fue sin duda el periodo 70-80 con la revista Nippur Magnum.




Una antropología de las publicaciones




Más allá del error de analizar con la mentalidad del 2000 un producto de los 80. Y del problema metodológico, ocasionado por cierto prejuicio de lectura, casi una reacción de clase, como intente llamarlo en otro lado. Encuentro otro defecto analítico. Se trata de proponer una historia de la historieta totalmente escindida de los medios de publicación y de la relaciones de producción. No solo se deja de lado las complejas relaciones de producción que enmarcan las obras. También se deja de lado el auto concepto, la forma en que pensaban a la historieta aquellos que la publicaban. Tenemos una historia de personajes y obras que pocas veces nos remite a publicaciones o autores y mucho menos editores. Como no vemos la tensión no valoramos las luchas. Las historietas se vuelven simplemente buenas o malas. Como no analizamos las revistas, todas nos parecen iguales. El prejuicio nos hace ver mediocridad en Columba. La Columba de sus revistas indiferenciadas. En este post quiero proponer algo distinto. Una lectura antropológica de lo que se inscribe en cada publicación. El horizonte de producción que propone cada revista. La configuración que crea sobre su público y sobre su oferta. Los vínculos que establece con otras formas de lo popular-masivo. Y finalmente, los elementos de tensión que participan en ese universo de autores, obras y editores. Todo eso en tres paginas.


Lo que el mercado Demanda.



Cito de Nuevo a Morhain “Columba tenia absolutamente compartimentada a la sociedad. La revista mas baja, para gente en general era Fantasía. El segundo estamento era El Tony. Para los profesionales, la clase media, etc. Estaba D’Artagnan. Y cuando hubo gente experta en historietas, salió Nippur Magnum”. Inicialmente podemos ver una caracterización bien encuadrada en la lógica de la ciencia del marketing. Dos variables de análisis, estamentos sociales y publicaciones. Determinada oferta para determinado publico. Pero a este análisis hay que incorporar las tensiones al interior de la editorial y una precisión sobre como se construía la correspondencia entre clase y productos culturales. Que es lo mismo que precisar la cultura de los grupos subalternos y su consumo. Una aproximación inicial a estos dilemas vincula la tensión interna con la vocación de ser cultura. Por ser cultura entiendo la decisión consciente o inconsciente de participar en ese universo de sentidos y significados que llamamos cultura. De proponer elementos y conceptos nuevos o distintos a lo que ya existe en el repertorio cultural. Y la tensión es esa dinámica interna donde los autores disputan con la lógica editorial o bien la misma editorial disputa con su lógica constituida. Con el mercado.
En 1928 sale El Tony, Intervalo en 1945; Fantasía en 1950; D’Artagnan en 1957 y Nippur Magnum en el 1979. Hay un recorrido claro entre El Tony y D’Artagnan. Son los primeros pasos de la historieta y se nota el claro vínculo con la literatura mundial de aventuras. Historieta y folletín. Comienza a notarse una diferenciación, Intervalo nos remite al mundo del cine. Que para el año 45 comenzaba a constituirse entre lo masivo. Pero además es la revista para mujeres. La conexión del público femenino y el medio cinematográfico desencadenara luego en un vínculo claro hacia la telenovela. Intervalo publicara mas tarde a Helena y Amanda. El Tony es la bandera de la editorial, un poco funda a la editorial y la editorial se construye en función del Tony. Fantasía y D’Artagnan expresan la conciencia sobre la relación con el folletín. El publico busca fantasías y aventuras. Hasta aquí Columba va leyendo el mercado y propone lo que entiende que el mercado demanda.


Respecto a las tapas, Alfredo De La Maria, histórico y talentoso portadista de Columba nos cuenta sobre su ingreso a la editorial cerca de 1974 “cuando yo llego, la cosa era mucho mas Hollywoodense.” Y “Se producían muchísimas tapas. Demasiadas tapas. Las que eran muy definidas número por número eran las de intervalo. Porque esas generalmente se referían o a una película que estaba en cartelera en ese momento o alguna novela (…). Pero en general las del El Tony o D’Artagnan eran genéricas salvo los personajes especiales. O también cuando tenían que referirse a una película, pongámosle de Rambo o que se yo, o James Bond, ese tipo de cosas. Después empezó a haber mas representando a personajes como Nippur o Dago o El cosaco. Que como tenían mucho rating para decir de algún modo. Ya eran muy buenos vendedores. Por ahí mas que una película de Robert De Niro.” Lo significativo de toda la trayectoria es que “con el tiempo iban ganando terreno los personajes”.



Lo que la cultura propone


El número 1 de Nippur Magnum sale cuando la televisión ya esta instalada. No solo compite con nuevas formas de lo masivo sino que lo hace con argumentos propios. A diferencia de D’Artagnan, un personaje de la literatura universal, Nippur pertenece a la cultura argentina. A la producción misma de Columba. La editorial pelea el público con una palabra propia, con un personaje propio. Y hasta con una nueva temática, es que Robín Wood y Lucho Olivera inauguran un género nuevo, la sumeriologia. Traspasan estructuras narrativas de la literatura de aventuras a un universo poco transitado por ella. Cuenta Ray Collins, un autor poco mencionado en la bibliográfica pero cuya influencia es significativa, “Nippur Magnum vendió 135.000 del primer número, estabilizándose en 125.000 durante un buen rato. Estos datos me los comentaron en su día, (1983, 1984) Antonio Ramón Presa y Mateo Bernáldez, Gerente Administrativo de Columba, lamentablemente fallecido hace un toco de años. Cuanto quisieron alabarme por el éxito, les recordé que el único mérito que podía aportar eran 2 historietas y guionar otras de Robín, que con el título ganchero de la revista y un episodio de Nippur, hacían la verdad de la milanesa. (…) Lo increíble resultó que una Revista que salió nada más que con publicidad propia o institucional vendiera tanto.” (Entrevista propia, 2012)



Asimismo, la revista supone una reacción de la editorial ante el avance de Ediciones Record, tengamos en cuenta que Skorpio sale en 1974 (otra publicación para analizar en detalle, en la que además también tuvo un rol importante Ray Collins). Columba no solo estaba buscando un mercado nuevo, también estaba defendiendo el que tenia. Se inicia aquí una nueva experiencia, ya no se trata de intuir hacia donde va el mercado de lo masivo y adaptarse a él. Sino intervenir activamente en la constitución misma de lo masivo. Participar en la cultura. Si la primer época de Columba fue la de reproducir la trayectoria del folletín con los nombres propios del folletín, la segunda época, tristemente breve y vertiginosa pero inmensamente creativa, consistió en establecer propuestas propias para lo masivo. Dentro de las constricciones de las políticas editoriales, una política de bajo perfil frente a la cultura. En la tensión de disputar con la referencia televisiva y cinematográfica. Con una marginalidad asumida, pero impugnada en los hechos; Columba propuso al mercado algo que no hemos vuelto a ver desde entonces. Cultura.

5 comentarios:

Felipe R. Avila dijo...

Excelente enfoque y gracias por mencionar la Cine Portátil.

Donde escribiste:
"la segunda época, tristemente breve y vertiginosa pero inmensamente creativa, consistió en establecer propuestas propias para lo masivo".
Podríamos concordar en proponer que esta segunda época pueda enfocarse de 1967 en adelante. Porque justamente (y con tanto empuje creativo) es cuando irrumpe nada menos que Robin Wood en la escena historietística.Sería entonces este período en el contexto de la duración total de la editorial, abarcativo de unos casi 40 años...prácticamente la mitad de su vida editorial.¿Estás de acuerdo en esto?
Felicitaciones por la nota.

Ricardo De Luca dijo...

Absolutamente.Sin duda Robin Wood, significo para la editorial toda una revolución en la manera de pensar la historieta. Hay un tema muy interesante en como columba empezó a jugar ese juego de proponer cultura. Y las deficiencias con que lo hizo.
Gracias a vos por la Cine portátil.Te tengo que manguear los otros números.

norberto dijo...

Ricardo estoy de acuerdo en cómo encarás esta nota/artículo. Desgraciadamente hay mucho chamuyo palanqueado, tipo trenza, que proponen lecturas "prestigiosas" y se alaban unos a otros. Mucho "Ciencias de la Educación" basada en dos o tres mentores "consagrados".
Cuando yo escribo un artículo lo hago en el sentido que encarás ya que conozco bastante de la historia de las editoriales, intimamente ligadas al material que producen.

Ricardo De Luca dijo...

gracias por leer Norberto. Revisando la literatura sobre historieta siempre pienso que falta una mirada institucional, antropologica. Falta pensar un poco mas la relacion de creacion y lectura de un marco de la cultura y la historia social y menos desde esa nocion de prestigio intelectural y capital cultural. Que en ultima instancia son problematicas estrictamente actuales. Saludos.-

El Diario del Misterioso Señor Oscuro dijo...

Simplemente brutal.