domingo, 20 de septiembre de 2015

Entrevista a Diego Cortes (11/08/2012)

Lleva más de 17 años en la historieta independiente. En 1995 junto a Federico Rübencaker, Pablo Peisino y Juan Ferreyra, fundó la editorial Cordobesa e independiente Llanto de Mudo. Que ha atravesado un enorme recorrido vinculándose con disciplinas artísticas en apariencia inconexas. En la página de la editorial se puede contar ya más de 100 títulos entre libros de poesía, historieta y literatura. Ya en el campo de la historieta, Diego Cortés descolla como uno de los guionistas más prolíficos e interesantes. Sus historias, siempre personales con más vínculos hacia la literatura que al mundo de la historieta suelen desorientar a los críticos. Es que resulta difícil comparar su modo de escribir con el de algún otro guionista. En el prologo de “La Pasión” (su ultimo libro publicado, dibujado por leo Sandler) Roberto Von sprecher nos dice que las historias de Diego “siempre son duras, oscuras, al límite”. Tal vez la proximidad a la poesía la literatura, en sus formas más marginales e independientes hayan modelado un particular modo de concebir los universos que Diego inventa. De enormes sensibilidades, construidas a fuerza de silencios. No se equivoca cuando dice que “no hay nadie más que haga algo parecido”. Pero además de ser un guionista imprescindible y por eso difícil de etiquetar, Diego se ha convertido en un referente editorial, igual de imprescindible. Es que Llanto de mudo ha experimentado un impresionante crecimiento publicando infinidad de autores, que van desde Gustavo Sala, Diego Pares, Angel Mosquito o Luciano Saracino a nuestro querido Fernando BIz. Hoy por hoy, no se podría hablar de historieta argentina sin nombrar a Llanto de Mudo y Diego Cortés. Por eso en el último Crack Bang Boom, aprovechamos para interceptarlo y charlar un poco.

¿Como te acercas a la historieta primero y como te definís por el guion después?

Desde chiquito mi viejo me regalo historietas. Primero las condorito porque él es chileno, así que le encantaban las condorito. Después me regalaron el hombre araña y como que me agarro el gusto y cuando iba y veía una revista me la ponía a ver, pero en mi casa siempre hubo libros. La lectura era algo que estaba todo el tiempo y ya de chiquito me volví un enfermito fanático porque leía Verne y quería tener todos los libros de Verne. Hacia listas e iba tachando, igual que ahora digamos. Y guionista, yo empecé a escribir también 13 o 13 años. Ya escribía poesía y un montón de cosas y tenia un amigo que era dibujante en el secundario. El único amigo que tuve en el secundario que le gustaba la historieta, la música, el único copado que había en el colegio. Y el dibujaba muy bien pero tenia el problema que tienen muchos que no termina nada ¿viste?
Escribía guiones sin saber nada de técnica. Nada, escribía guiones como se me ocurría a mi, más como un cuento que como una historieta. Estaban buenos, pero no terminamos nunca nada. Hacia tres páginas, cuatro, y se cansaba. Nunca fue un profesional. Como lector siempre seguí leyendo, no siempre superhéroes sino más historieta argentina. O sea, Skorpio, Fierro. Así, 13,14 años yo me compraba la Fierro, mis viejos no tenían drama. Y un día me compre La Cosa del Pantano de Alan Moore. Y a la vez conocí a los pibes con los que después funde Llanto de Mudo y fue una revelación. Fue como una cosa rara, gente que le gustaba la pintura, la música más rara. Como que ahí encontré amigos posta, colegas y empezamos Llanto así. Y ahí hice el primer guion, con Ferreyra hicimos Elvisman y largue.

Y la formación más técnica, más profesional como guionista ¿como llega?

Práctica y leer un poco, y nada más. Con todo respeto, yo he dado clases de guion y digo “contar cosas tenes que saber de entrada” Todas las técnicas supuestas, especialmente las técnicas para incentivar tu creatividad son medio mentira. Si vos no tenes cosas para contar no vas a hacer nunca nada. Después si, la parte formal, no técnica, sino formal. Y tenes que leer. En Córdoba siempre fue raro porque nosotros nos hemos transformado en los viejos, especialmente yo. En los viejos, la gente que viene haciendo cosas de hace mucho pero antes no había. Había pero yo no los conocía y no había talleres de guion ni nada. Entonces partis de un lugar que no tenias donde estudiar, nada. No es como buenos aires que…yo cuando los conocí a todos lo chicos del AHÍ, eran todos “alumnos de…” y claro en Córdoba no éramos nada. Aprendes solo o no aprendes, listo.

Y conta un poco la historia de Llanto, que esta íntimamente ligada a todo esto. Ya algo dijiste.

Conocí a estos pibes cuando tenia 18 por ahí y justo todos empezamos la facu, uno empezó cine, la otra pintura y yo empecé filosofía. Y ahí conocí un par de gente más y como yo escribía mucho…y justo aprendí a laburar de diseñador, empecé y era un desastre. Y empezamos a sacar revistas. Y era una mezcla de todos nuestros intereses juntos. Hacíamos historietas, libros y revistas de poesía, un loco la ilustraba, tocamos en bandas juntos. Son muchísimas cosas que se han hecho, es muchísima la gente que estaba. Llegaba momentos que éramos como 30 haciendo cosas, y después volvíamos a ser 3. Después alguno se fue y el que ha estado siempre he sido yo. Y seguimos haciendo la parte narrativa y de poesía, pero es más difícil todavía que hacer historieta. Porque hay mas cosas y la gente lee menos ahora. Yo siempre digo que el gran tema con la poesía, es que el que lee escribe seguro. Seguro que escribe. El que lee es un autor. En la historieta todavía quedan lectores puros. Gente que viene y compra historietas porque le gusta leer historietas. En la poesía no. No pasa nada. Lo mismo también te das cuenta, nosotros por ahí somos mas una editorial para colegas también, por el tipo de material, mas raro. Por eso yo no puedo separar, mi forma de escribir debe tener bastante que ver con la poesía, que es lo que mas he escrito.

En estos últimos años Llanto creció mucho en términos de exposición y posición dentro de la historieta argentina y también en número de libros que publicaron. Y no se hasta que punto, pero como que se definió mas como editorial de historieta…

Y lo más fuerte. En realidad es lo que tiene llegada nacional. Quiero tratar de ver si podemos hacer crecer la otra parte. Pero me parece que es un momento raro también ¿no? Es lo que te decía, cuando nosotros íbamos a las convenciones de historieta. Quien iba a pensar que Sala iba a ser Sala. Él era un chabón más que estaba ahí. Como que toda una generación fue creciendo, en la calidad de los laburos, en donde están publicando. Y esa generación todavía no tienen donde publicar. Ni siquiera nuestra generación solamente, sino la anterior, de Podetti, Fayo o Pares, tampoco tiene donde publicar. Y yo había llegado a un punto en que estaba medio cansado. Llanto había cumplido 10 años. Y cada vez que digo estoy cansado de algo tengo que ver la forma de cambiar. Y la historieta había que probar, hacíamos ediciones baratas, no laburabamos tanto, nos comprometíamos menos y dijimos “bueno, vamos a empezar a probar” Sacamos la Ebrio y nos quedamos de cara porque cambio la onda de la gente con la editorial. No se si por la calidad de los libros o por la onda nuestra misma de como nos empezamos a relacionar con la gente y a partir de Ebrio y séptimo circulo, un par de amigos, porque son amigos, Gustavo (Sala) vino y dijo “che que bueno que quedaron los libros ¿quieren hacer uno mio?” y le dijimos que si. Mas vale que fue una apuesta nuestra porque tuvimos que gastar mucha guita y bueno, fue un hitazo. Agotamos una tirada de mil libros, lo cual es muchísimo. Es muchísimo porque nosotros veníamos haciendo 200, 300 y de cosas muy raras. La Ignatius, ponele, fue otro momento así medio raro. Un par de libros como fue Bankok. Pero me parece que al cambiar eso, todo el resto de autores que les gustaban por ahí las cosas nuestras se dieron cuenta…y se dieron cuenta de otra cosa que, por ahí uno veía las cosas de Llanto y pensaba que nosotros éramos eso. El tipo de comic que hacíamos, que era como muy especifico. La realidad es que todos leemos millones de cosas. Y al acercarse y traernos cosas muy distintas como que nos copamos. Y bueno, fuimos probando y nos fue yendo bien. Todavía estamos ahí, económicamente, peleándola.

De alguna manera también fueron construyendo una salida cooperativa de muchos historietistas. Y se da un doble juego, hay autores que crecen con Llanto y hay autores que hacen crecer a llanto. ¿Vos como lo ves?

Nosotros no hacemos estudio de marketing y decimos “ah, esto puede” uno sabe que va a vender mas y que va a vender menos. Pero en realidad lo que buscamos son libros que estén buenos. Nada más. Vamos midiendo que invertimos en cada libro, en cada autor. Porque tampoco podemos delirarnos porque nos vamos a fundir. Pero es mas la onda del autor, el laburo por supuesto y otra cosa es que nosotros como lectores. Vos ponete a pensar que esto es una editorial de autores y de lectores, o sea los que dirigen la editorial, que somos tres, estamos leyendo todo el tiempo. Yo más que nadie, porque tengo una librería, encima. Yo conozco que hace casi todo el mundo. Es muy raro que aparezca alguien y que no sepa que es. Si ha publicado medianamente. Entonces eso le da una onda también porque estamos pensando no solamente en lo que va a vender sino en lo que nos gustaría leer. Si vos agarras los libros de Llanto, yo tengo la biblioteca de Llanto y es buenísima. O sea, no hay un libro que a mi no me guste, me parece que están todos buenos. Hay otras historias parecidas de chabones que sepan mucho de comics y se arriesguen un poco y les vaya bien como editores. Mas vale que el modelo nuestro es Fantagraphic, no sé. Pero a la vez también es más variado porque Fantagraphic tiene como una estética limitada en el tipo de comic que van a sacar, nosotros vamos del manga a Daniel Clowes, a Alan Moore. Todo variado.

Ahora una pregunta más artística, cuando escribís historias ¿como es el proceso?

Nunca fui disciplinado y ahora que tengo un hijo tengo 15 minutos por día más o menos. Mi método es caótico, y en casi todo es caótico. Caótico en el sentido de las mezclas de ideas, de los momentos de laburo. Momentos en que estoy pensando en la historia, después si lo que trato de hacer a rajatabla es terminar las historias. Me embola tener cosas anotadas sin terminarlas, aunque no estén dibujadas. El problema del guionista siempre son los dibujantes. Esta bueno laburar de a dos, pero a la vez uno se da cuenta que el dibujante labura más. Yo estoy escribiendo diez guiones a la vez. Ahora agarre un método de hace un par de años, elijo más o menos con quien laburar y le escribo una historia para ese dibujante, o si tengo algo que me parece que lo va a dibujar que va aquedar bueno, se lo doy. Y laburo haciendo 10 paginas por vez. Yo tengo los plots completos siempre, que después lo puedo variar. Toda la historia de principio a final completa, después le saco, meto y le voy dando de a 10 paginas a cada uno. O sea, cuando me dan 10 páginas, le doy 10 páginas más. Porque también le sacas presión al dibujante, porque si yo le caigo con un guion de 80 paginas como que lo mato por un par de años. En cambio, así, tranqui, voy laburando. Y las ideas, no se. Me gustan tantas cosas, hasta literariamente desde Philip Dick hasta Dostoiesvki y creo que los entiendo, aparte. Entonces puedo hacer mezclas muy raras. Por ejemplo con Lauri Fernandez estamos haciendo uno que yo decía “uy me gustaría”-no veía nada como los 7 locos en comic- pero idea original. No adaptación, esas cosas no me gustan. Idea original pero no con ideas parecidas sino con, como un gusto parecido. Esa cosa oscura, argentina, y que fueran personajes que estuvieran muy desequilibrados.
“El Puño Ausente” es eso. Se llama El Puño Ausente. Y otra cosa que me di cuenta es que quería hacer cosas de escritor y de artistas de comics. Si vos ves los novelistas, por ejemplo todas las novelas de escritores grosos, son escritores los personajes. Entonces tengo tres o cuatro, que son escritores los personajes. Con Nico estamos haciendo un comic que ya es el colmo. Es mi comic vértigo. Porque la estética es bien yankee. La forma de contar, más vale que salvando la distancia y con nuestra onda. Los personajes son tipo Los Invisibles, así revolucionarios, locos. Y reality Crash es el colmo de los homenajes a los escritores porque los protagonistas son Stephen King, todas versiones ¿no? Bukowski, Philip Dick y Baorrows. Todos los personajes que aparecen son escritores. Todos autores que yo he leído muchísimo. Y los malos son los críticos. (risas) Y en el medio estoy escribiendo un western para un pibe, una de terror para otro. Lo que más me cuesta de tratar de no ser tan violento, oscuro. Es algo que estoy tratando. Por ejemplo lo que yo quiero escribir son comedias tipo Loco por Mary, viste esas cosas que son comedias románticas, absurdas, eso es lo que estoy tratando de encontrar una idea que pueda hacer eso. Porque disfruto verlas pero no las puedo escribir. Y es lo que me pasa con el humor, disfruto muchísimo con el humor y no me sale. Pero bueno, tampoco se puede hacer todo.Mi problema es que me gustan los libros que son como películas. Porque me parece que mis historias necesitan un desarrollo y tienen mucho tiempo muerto, si vos lees, mucho silencio, como que son muy tranqui hasta que llegan los momentos importantes. Entonces necesito páginas. Aparte porque al dibujante le gusta que no este todo lleno de palabras, mis comics son muy parcos ¿viste? Entones esta bueno laburarlo mucho. Yo laburo un año, dos años con cada dibujante, no tengo drama. Cuando me pongo a escribir un libro, la idea me gusta mucho y no tengo problema en tardar y no me aburro de acá a un año no es que digo “oh, tengo que escribir esto que no me gusta” Y hay un montón de cosas que se leen por debajo. SI vos lees el séptimo circulo, es una historia anarquista hasta las bolas.

¿Cómo ves los eventos, y como los veías antes?

Son volátiles. Viñetas estuvo bárbaro un año, y al otro les fue mal y lo hicieron como podían. Eso depende, este (crack bang boom) me parece que es como mas comercial. Esta como mas controlado, con mas apoyo estatal. También en Córdoba parece que le pusieron palos en la rueda nada más. Siempre he tenido miedo de hacer un evento. Creo que es mucho laburo. Pero yo creo que ayuda, todo ayuda. Hace tres años no era así nosotros vinimos a CBB el primero y teníamos 2 libros de los grandes, los de ahora y ahora vinimos y tenemos 23. Evidentemente ayuda. Y ojala hubiera una movida grosa. Lo que pasa es que si vos lo pensas como cosa comercial, Rosario, Córdoba, Buenos Aires, son lo que funciona. En esas ciudades funciona. A mí, como cordobés viajar a otro lado, tengo que venir acá (Rosario) o Buenos Aires, pensando en ventas. Después lo otro es la onda de ir y estar con amigos porque nos encontramos todos que somos todos amigos. Yo creo que sirve. Y para mi, cambio en mucho, era de otra forma, cuidado estaba Leyendas veníamos todos. Nadie tenía nada demasiado groso. Ahora hay editoriales que son editoriales. No de gente enferma de la cabeza como nosotros. O sea, hay plata, digamos. La historieta da plata. No a nosotros, pero…(risas)

¿Cómo ves el futuro de Llanto?

Y para mi lo importante es ver hasta donde llega. Aprovechar y probar. Capaz que de acá a unos años podamos pagarle a los autores, somos todos felices, editamos a todo el mundo, viene un pibe que recién empieza y nos trae cosas. Para eso nunca va a estar cerrada la editorial. No es que estamos en la parte de pagado porque tenemos ganas de hacer el carteludo. Es porque la cosa creció para ese lado y el día que podamos tener un stand en la feria del libro de buenos aires lo vamos a tener.

Muchas Gracias, Diego

De nada.


(*) Esta entrevista salió originalmente en el número 4 de La revista Digital Noviembre en diciembre de 2012. Diego Falleció el 4 de agosto de este año. Dejo una enorme obra inconclusa tanto editorial como artística. Lo extrañamos y lo extrañaremos mucho más. Me toco compartir con el algunos proyectos editoriales y muchísimas convenciones. Juntarnos a charlar y discutir sobre el escenario editorial era algo frecuente entre mate y mate. Antes de todo eso, ya lo admiraba profundamente por todo lo había hecho y estaba haciendo por la historieta, en el AHI, en Córdoba, siempre desde LLanto de mudo. Sirva esta nota como recuerdo y como homenaje a un imprescindible que ya no esta.